El gobierno del Reino Unido desató un gran debate la semana pasada al presentar un proyecto de ley para “detener los barcos” que llegan a sus costas, usando el lema ‘Stop the Boats’.

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En una visita a París, el primer ministro Rishi Sunak anunció que el Reino Unido le dará a Francia casi 500 millones de libras esterlinas durante tres años para ayudar a detener a los inmigrantes que cruzan el Canal de forma ilegal. Esto debería ayudar a “poner fin a este repugnante comercio de vidas humanas”, dijo Sunak. “El Reino Unido y Francia se asegurarán de que nadie pueda explotar nuestros sistemas con impunidad”.

It’s very simple - it’s this country and government who should decide who comes here - not criminal gangs.



Our new laws show we will do what is necessary to achieve that. pic.twitter.com/pbJ8o6YxKH

— Conservatives (@Conservatives) March 7, 2023

Pero la política de ‘Stop the Boats’ ha suscitado una gran controversia. El proyecto de ley esbozado por la ministra del Interior, Suella Bravemen, negaría a la mayoría de las personas que llegan de los conocidos como “países seguros” el derecho a solicitar asilo y obligaría al gobierno a expulsar a estos inmigrantes lo más rápido posible. Tales deportaciones serían “ya sea a su país de origen o a un tercer país seguro”, explicó Braveman.

Un fragmento de la campaña del nuevo gobierno en las redes sociales dice: “Nuestro plan es claro: si vienes aquí ilegalmente, te expulsaremos”. Pero la ministra del Interior ha admitido que, de aprobarse, su ley podría chocar con la Convención Europea de Derechos Humanos y otros acuerdos internacionales sobre los derechos de los refugiados.

En 2022, alrededor de 45.000 personas cruzaron ilegalmente al Reino Unido a través del Canal.

El peligro de “avivar las llamas antiinmigración”

Entre los muchos cristianos que reaccionaron a la noticia en los últimos días se encuentra Krish Kandiah, director de The Sanctuary Foundation (que ayuda a los refugiados a encontrar “acogida, trabajo y vivienda digna”). Según él, el gobierno ha utilizado cifras “totalmente inexactas en cuanto a los hechos” que solo ayudan a “avivar las llamas de la política contra la inmigración, una táctica de miedo que debe ser confrontada”.

En un vídeo publicado en Twitter, pide “una respuesta humana y compasiva llena de verdad y amabilidad”, mientras elogia “la increíble generosidad del pueblo del Reino Unido” al acoger a personas que huyen de países como Afganistán, Hong Kong y Ucrania.

“Los esloganes no resuelven problemas difíciles”

Eddie Arthur, un misiólogo que ha trabajado en África, tampoco está de acuerdo con el enfoque del gobierno. “Los problemas de inmigración y asilo son complejos y matizables y requieren respuestas multilaterales. Pretender que un problema complejo puede resolverse con un eslogan como este es esencialmente deshonesto”, dijo a Evangelical Focus.

“La consigna busca deshumanizar el problema al referirse a las embarcaciones y no a las personas. Si dices ‘Stop the Boats’ (Detened los barcos) suena algo neutral. Sin embargo, si realmente dices ‘evitaremos que las mujeres y los niños huyan para salvar sus vidas’, se vuelve cruel e inhumano”. La redacción de los anuncios recientes “ha sido bien escogida para disfrazar la naturaleza de la política”, dice Arthur.

[destacate]“Los cristianos tienen el deber de ponerse en pie y defender esos estándares”[/destacate]El investigador, que sigue de cerca las tendencias mundiales, no cree que las iniciativas esbozadas por el Ministerio del Interior funcionen. “Para dar un ejemplo de la impracticabilidad de la política, el Ministro del Interior ha dicho que se podrían enviar decenas de miles de refugiados a Ruanda, mientras que Ruanda solo ha aceptado recibir alrededor de 200 por año durante los cinco años del acuerdo. Las cifras no cuadran”.

“En estos momentos, Gran Bretaña ya no pretende ser un país cristiano y no debería sorprendernos que no siga los estándares bíblicos”, dice Arthur. “Sin embargo, los cristianos tienen el deber de ponerse en pie y defender esos estándares”.

“El Antiguo Testamento es rico en pasajes que llaman a la nación de Israel a acoger a los extranjeros que vienen a su país. Este tema de la generosidad radical se reitera en el Nuevo Testamento, particularmente en los mandatos de Jesús de servir a los demás y amar a nuestro prójimo”.

“Sin duda, hay algunas personas a las que, por una razón u otra, no se les debería permitir la entrada al Reino Unido. Esto significa que existe la necesidad de algún tipo de proceso de selección de refugiados recién llegados, y esto debería ser mucho más rápido que el actual”, reflexiona Arthur.

Pero los “principios fundamentales deberían ser la generosidad y la hospitalidad”, concluye Arthur. “El Reino Unido sigue siendo una de las naciones más ricas del mundo y, en proporción a nuestra población, recibimos muchos menos refugiados que otros países mucho más pobres. No hay ninguna razón económica que se interponga en el camino de un enfoque que tenga sus raíces en estos valores bíblicos”.

Necesidad de salir del “populismo” y “escuchar con atención”

Dave Burke es un pastor jubilado de una iglesia evangélica en el noreste de Inglaterra que ha acogido a solicitantes de asilo durante más de una década. Hablando con Evangelical Focus, dice que el enfoque del gobierno sobre la migración lo “avergüenza”.

“Como familia, apoyamos la inmigración”, dice Burke, quien junto a su esposa ha ofrecido un hogar a refugiados de Irán, Eritrea y Ucrania en los últimos años. Admite que "la mayoría de los británicos piensan que no es razonable seguir aceptando a todos los solicitantes ​​y no puedo descartar su punto de vista. Saben que miles de refugiados pasan por países seguros, donde podrían solicitar asilo, pero no lo hacen, y se arriesgan a cruzar el Canal de la Mancha para llegar al Reino Unido”.

[destacate]“Nuestros políticos necesitan reconstruir las relaciones, tratar a Europa con respeto y reducir la velocidad”[/destacate]Según el pastor, el problema es que “el gobierno actual fue elegido en una ola de populismo para ‘hacer cumplir el Brexit’. Como todos los populistas, son buenos para conseguir votos pero carecen de capacidad para gobernar”. El actual gabinete, añade, “lleva doce años en el cargo y no controló la inmigración, y ahora recurre a medidas bárbaras”.

“Como cristiano, creo que los problemas se resuelven hablando con franqueza con otros países y escuchando atentamente. Esto no se puede hacer con prisas, negociaciones como esta llevarán tiempo”. Concluye: “Nuestros políticos necesitan reconstruir las relaciones, tratar a Europa con respeto y reducir la velocidad”.

La posición de la Alianza Evangélica

Alicia Edmund, de la Alianza Evangélica del Reino Unido (EAUK), enfatizó en un mensaje de video “la importancia del tono y la postura al discutir la política de inmigración y asilo (...) Nuestro compromiso y búsqueda de una legislación buena y justa debe parecerse a las Escrituras y al Dios al que servimos más que a los eslógans de cualquier partido político”.

El punto de partida para todo cristiano debe ser el Génesis, donde “la dignidad, el valor y el respeto se otorgan al ser humano porque son portadores de la imagen de Dios, no porque la ley le asigne valor o dignidad”.

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La Biblia llama a “establecer una sociedad arraigada en la justicia y que se preocupe profundamente por el extranjero, el refugiado y la viuda entre nosotros”.

La Alianza Evangélica del Reino Unido “participará” en la conversación pública sobre la ley, que “probablemente provocará desacuerdos en el parlamento y entre las comunidades”, pero “no debería dividir a la iglesia”.