Tras una persecución, la policía detuvo a un hombre de 21 años como sospechoso de al menos uno de los tres tiroteos contra “spas” en Atlanta (Estados Unidos) la noche del 16 de marzo.

En total, ocho personas han muerto en tres ataques cometidos en un periodo de tiempo de unos 90 minutos. Seis de las víctimas son mujeres asiáticas.

La policía y el FBI están investigando si motivos racistas alimentaron el ataque. En los Estados Unidos, “Spas de masajes asiáticos” se refiere a lugares donde se ejerce la prostitución.

Cuando se le preguntó si el ataque podría describirse como un crimen de odio, el Jefe de la Policía de Atlanta dijo: “Aún estamos en las primeras etapas de esta investigación, así que no podemos tomar esa determinación en este momento”.

En una conferencia de prensa, el alguacil del condado dijo que el sospechoso les había dicho a los investigadores que tenía "problemas", potencialmente una adicción sexual, "y puede haber frecuentado algunos de estos [spas] en el pasado”.

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Miembro de una iglesia bautista

Horas después de la detención, varias fuentes citaron publicaciones en redes sociales y testimonios según los cuales el perpetrador era miembro de una iglesia bautista en una ciudad en las afueras de Atlanta.

Más tarde, el liderazgo de la iglesia expresó su dolor en un comunicado: “Nos entristece escuchar las trágicas noticias sobre las múltiples muertes en el área de Atlanta. Estamos desconsolados por todos los involucrados (...) Lloramos por las víctimas y sus familias, y continuamos orando por ellos. Además, estamos angustiados por la familia [del atacante] y continuamos orando por ellos también”.

También se ha especulado con que el crimen pueda tener una motivación racista. “Estamos horrorizados por las noticias un momento en que ya estamos viendo un aumento en la violencia anti-asiática”, dijo el Caucus Americano de Asia Pacífico del Congreso de los Estados Unidos. “Este último ataque no hará más que exacerbar el miedo y el dolor que sigue padeciendo la comunidad asiáticoamericana”, agregó el grupo Stop Asian American Pacific Islanders Hate.

El gobernador de Georgia, Brian Kemp, dijo: “Toda nuestra familia está orando por las víctimas de estos horribles actos de violencia”.

Comunicado de la iglesia

Los responsables de la Primera Iglesia Bautista Crabapple en North Fulton, la iglesia a la que asistió Robert Aaron Long, sospechoso de varios tiroteos mortales, dijeron en un comunicado publicado el viernes por la mañana que la congregación estaba “devastada” al enterarse de los asesinatos en masa en tres negocios del área metropolitana de Atlanta.

“Estamos absolutamente devastados por esta pérdida de vidas sin sentido y un desprecio insensible por los seres humanos creados a imagen de Dios”, dice el comunicado.

“Lloramos por las víctimas y sus familias, y continuamos orando por todos los afectados por este atroz crimen mientras enfrentan un dolor y una tristeza inimaginables. Además, nos angustiamos mucho cuando descubrimos que el atacante era un miembro de nuestra congregación. La familia Long ha sido miembro de nuestra iglesia durante muchos años. Vimos crecer a Aaron y lo aceptamos como miembro de la iglesia cuando hizo suya la profesión de fe en Jesucristo. Estos asesinatos impensables y atroces contradicen directamente su propia confesión de fe en Jesús y el evangelio”.

La declaración de la iglesia dijo que había comenzado el proceso de disciplina de la iglesia para quitarlo de la membresía “ya que ya no podemos afirmar que él es verdaderamente un creyente regenerado en Jesucristo”.

La declaración continúa diciendo que “este acto extremo y perverso es nada menos que una rebelión contra nuestro Santo Dios y Su Palabra. Las acciones de Aarón son antitéticas a todo lo que creemos y enseñamos como iglesia. En los términos más enérgicos, condenamos las acciones de Aaron Long, así como sus razones declaradas para llevar a cabo este malvado plan. Los disparos fueron un repudio total de nuestra fe y práctica, y tales acciones son completamente inaceptables y contrarias al evangelio”.

La declaración dejó claro que no se debe culpar a las ocho víctimas. Long, decía el comunicado, es el único responsable de “sus malas acciones y deseos”.

La iglesia dijo que ha estado cooperando con las fuerzas del orden y ora para que se haga “justicia terrenal y divina”.