Cinco personas han muerto este sábado en la iglesia International Pentecostal Holiness Church (IPHC) en la ciudad de Zuurbekom, cerca de Johannesburgo, en un tiroteo que acabó con la toma de rehenes dentro del local de la comunidad. Según informa la prensa local, el ataque podría estar relacionado con una confrontación entre diferentes grupos de la misma iglesia. 

“La policía investiga la posibilidad de que el ataque pueda haber estado motivado por una disputa entre facciones de la iglesia en conflicto”, han señalado desde la Policía nacional sudafricana. Según su portavoz, Vishnu Naidoo, el mismo sábado se produjeron 40 detenciones en los aledaños del edificio de la iglesia, “entre los cuales hay miembros de la Fuerza Nacional de Defensa de Sudáfrica, del Departamento de Policía Metropolitana de Johannesburgo y del Departamento de Servicios Correcionales”. Naidoo ha remarcado que ninguna de las personas detenidas se encontraba en el lugar en su capacidad como miembros de diferentes cuerpos de seguridad, sino que “estaban allí como miembros de la iglesia”. 

Además de las 40 detenciones, también se incautaron 34 armas de fuego. En declaraciones al medio Enca, el presidente del consejo ejecutivo de la International Pentecostal Holiness Church, Abiel Wessie, ha señalado que los atacantes llegaron a retener a 200 personas como rehenes durante el asalto. Seis de los detenidos se encuentran hospitalizados por heridas de bala y bajo vigilancia policial.

¿Una disputa por el control de la iglesia?

Son diferentes los medios sudafricanos que coinciden en apuntar hacia una confrontación entre grupos de la propia iglesia por hacerse con el control del liderazgo. La corporación SABC ha recogido también declaraciones del propio Wessie reconociendo que la iglesia tiene tres facciones. “Las personas que vimos entrar son miembros de la iglesia. Y son miembros de un grupo que, después de que los asistentes de la iglesia fueron acomodados, ocuparon el edificio. Entraron para capturar nuestra sede (en Zuurbekom) y tomar el control”, ha añadido Wessie refiriéndose a “esta lucha de liderazgo que está ante los tribunales, los cuales deben acelerar el proceso la confrontación finalice”.

“Como iglesia, condenamos lo que pasó el sábado. Nuestro consolador [en referencia a Dios] está absolutamente decepcionado con lo que pasó. Somos una iglesia pacífica establecida desde 1962. Nunca había habido un incidente de esta naturaleza hasta ahora, cuando este grupo comenzó lo que está haciendo”, ha remarcado Wessie, según el medio nacional Sowetan.

El grupo de Modise Jerusalema, que controla la IPHC en Pretoria ha rechazado las acusaciones que lo sitúan tras el ataque en Zuurbekom. La facción bajo el liderazgo de Michael Sandlana también ha negado cualquier relación con el ataque. “Quienes murieron eran nuestros miembros. Pero negamos categóricamente que fuesen enviados. Fueron allí por su propia voluntad para ver si podían adorar allí, pero no tenían ninguna autorización para invadir la iglesia”, ha señalado Vusi Ndala, portavoz del grupo de Sandlana. Según la prensa sudafricana, la disputa está relacionada con la muerte del líder de la iglesia en 2019. 

Desde la organización mundial de la IPHC, una denominación pentecostal con más de cien años de historia y que representa a 1,5 millones de cristianos de 95 países diferentes, han asegurado que “la denominación y la congregación locales no son parte de IPHC de Sudáfrica” y han señalado que “desafortunadamente, el uso de nuestro nombre denominacional ha causado confusión durante muchos años en Sudáfrica”.