El Senado destituye a Dilma Rousseff

El Senado brasileño ha aprobado la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por 61 votos contra 20.

Para recuperar su cargo, del que fue apartada temporalmente en mayo, la futura expresidenta necesitaba el apoyo de al menos dos tercios de la cámara, 54 senadores.

Ayer lunes, en una defensa que duró 13 horas, Rousseff pronunció un discurso en el que calificaba al impeachment como un "golpe contra la democracia".

En las diversas manifestaciones de los últimos meses, una de ellas con más de seis millones de brasileños en las calles, el sentimiento de la protesta generalizado era que el país necesitaba cambiar.

Las acusaciones de corrupción durante casi dos años ocuparon espacios en los medios de comunicación casi a diario, y eran los grandes "catalizadores" de la impresión de que era necesario un cambio en la dirección del país, que ya cuenta con 11 millones de desempleados y que atraviesa por una crisis económica.

Varios ministerios cristianos e incluso denominaciones enteras se manifestaron en campañas de oración y ayuno en todo el país.

Culmina así un enfrentamiento de un año que paralizó la economía más poderosa de Latinoamérica y puso al descubierto profundas brechas en la población en todos los ámbitos, desde las relaciones raciales hasta el gasto social.

MICHEL TEMER

El relevo de Roussef lo toma Michel Temer, quien ya la había sustituido como presidente desde su suspensión en mayo, y permanecerá al frente del gobierno brasileño hasta finales de 2018.

Para muchos evangélicos, la política y la religión no se deben mezclar. Sin embargo, Michel Temer ha señalado que quiere mejores lazos con la bancada evangélica y ha pedido oraciones por su vida y su país. Incluso nombró a Ronaldo Nogueira, un miembro de la bancada evangélica, como ministro de Trabajo.

EVANGÉLICOS, CLAVES EN EL PROCESO

Los parlamentarios cristianos fueron decisivos en la suspensión de Rousseff a la presidencia. El Frente Parlamentario Evangélico, compuesto por 92 diputados y 2 senadores, votó masivamente a favor de la suspensión de la mandataria en mayo.

Diputados como Sóstenes Cavalcante y Marco Feliciano, además del senador Magno Malta -todos ellos pastores- fueron implacables en su "lucha" para que el proceso siguiera adelante. Varias veces denunciaron, además de las cuestiones legales que se debatían en el proceso, los ataques del gobierno petista (Partido de los Trabajadores, PT) a los valores cristianos.

En esta línea, han enfatizado que en los últimos años Brasil ha aprobado las uniones homosexuales, la ampliación de la legalización del aborto y el adoctrinamiento ideológico liberal que se impone en las escuelas.

El influyente pastor Silas Malafaia, líder de la Asamblea de Dios Victoria en Cristo, aunque no tiene un cargo político electo, utiliza su gran influencia en su programa de televisión para movilizar a los evangélicos contra el gobierno de Rousseff.

Por otro lado, algunos pastores, de menor expresión e influencia en la escena religiosa nacional, defienden al PT, pero sus posiciones no tienen el mismo impacto.