Familia Bodnariu: “Nadie ama a nuestros hijos como nosotros”

En un reportaje televisivo para el programa rumano In Numele Copilului, Ruth y Marius Bodnariu han explicado su perspectiva y la situación que están viviendo desde que los servicios sociales noruegos, el Barnevernet, decidió quitarles temporalmente la custodia de sus cinco hijos.

“Fue como una bomba”, dice Ruth Bodnariu. “Nadie nos preparó para esto... Sucedió de repente, sin ningún aviso o llamada previa”, explica la madre de los cinco niños, uno de ellos de sólo tres meses de edad.

Los menores fueron llevados por las autoridades y ahora se encuentran separados en tres casas de acogida. A finales de diciembre se dio inicio a los trámites para facilitar la adopción de los pequeños, mientras el caso será estudiado judicialmente este próximo mes de febrero.

UN ENFOQUE EDUCATIVO DISTINTO

La presión realizada por los familiares de procedencia rumana ha llevado el caso a ser conocido en todo el mundo, con manifestaciones cada semana frente a las embajadas de Noruega reclamando que los niños sean devueltos a sus padres.

En el reportaje, los Bodnariu critican el enfoque de los servicios sociales sobre la situación. “Ellos hablan en términos que son inconcebibles para nosotros. Nunca hemos oído pronunciar la palabra amor. Ellos piensan que los niños pueden ser transplantados como flores: lo quitas de un sitio y lo pones en otro”, expresa Ruth.

“Nadie puede amar a nuestros hijos como nosotros”, añade la madre. “Y por lo que sabemos nuestros hijos también nos aman -dice Marius-. Los conocemos bien, es por eso que estábamos tan conmocionados al principio. Pensábamos... 'Quizá éramos demasiado duros con ellos, quizá eso les afectaba y no lo sabíamos...' Pero entonces recordamos que cuando íbamos con ellos a buscarlos al colegio, por ejemplo Matei (de cinco años) se lanzaba a mis brazos y decía a los demás orgulloso: '¡este es mi papá!' O con las niñas cuando iban a la escuela, delante de sus amigas, me decían: '¡Papá, dinos un chiste!' Ellos están orgullosos de que su padre sea cercano y simpático con los niños”.

PREOCUPADOS

La madre está además muy preocupada por el impacto que esta situación pueda tener en el desarrollo de sus hijos. “No están en la misma escuela. Ellos han sido sacados totalmente de su vida: su familia, sus amigos, sus tíos, su abuelos, sus vecinos... Ni siquiera la familia puede tener contacto con los niños. No es ni siquiera lógico pensar que esto no pueda afectarles sicológicamente”, lamenta Ruth.

En cuanto al proceso legal, los Bodnariu admiten que no tienen garantía de triunfar. “Los abogados nos han dicho claramente que no hay garantías. No sé qué posibilidades tenemos pero pueden aumentar o disminuir”, explica Marius.

IMPLICACIÓN POLÍTICA

El caso ha llegado a las altas esferas gubernamentales, siendo tratado en el Parlamento Europeo y llevando al ministerio de exteriores rumano a preocuparse por la situación, la cual ha llevado a un diálogo con el gobierno noruego.

Pero las autoridades piden “prudencia” antes de emitir cualquier juicio, aunque la presión hacia la forma de actuar de los servicios sociales noruegos podría llevar a un cambio de protocolo cuando se trate de menores de familias con algún progenitor extranjero.

PRESIÓN CIUDADANA

Como ha informado Protestante Digital, el matrimonio formado por Marius y Ruth Bodnariu -él de origen rumano, ella noruega- perdió en noviembre la custodia de sus cinco hijos de forma repentina, al intervenir los servicios sociales de Noruega, el Barnevernet.

Las autoridades nórdicas apenas han dado explicaciones sobre el caso, aunque el Ministro Consejero de la embajada noruega en España explicaba a este medio que la institución “siempre busca la protección del niño y su desarrollo en un entorno adecuado”.

Manifestación contra el Barnevernet en Castellón, este pasado fin de semana.

Mientras el caso sigue sin resolverse, la comunidad rumana continúa convocando manifestaciones. Entre los convocantes y participantes se encuentran muchos de fe evangélica, la cual comparte asimismo la familia Bodnariu.

Este pasado fin de semana se convocaron varias manifestaciones en diversos puntos de Europa, una de ellas en la Plaza Maria Augustina, en el centro de Castellón, con cientos de asistentes.