“Estemos orgullosos de que Europa se vea como un lugar de refugio”

Era un gran día para Europa desde el comienzo de la crisis de refugiados. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, dio su primer discurso sobre el Estado de la Unión Europea.

Este discurso dirigido al Parlamento Europeo pretende ser un relato de lo que la Comisión Europea ha estado haciendo durante el último año, y cuáles son las prioridades para el próximo.

Pero la expectativa de un análisis general pasó a segundo plano ante la presentación del plan para los refugiados, centro de su intervención y que ocupó casi todo su tiempo, dejando aparte otros diez puntos que, explicó, serán tratados más adelante.

Los porcentajes de reparto de refugiados. / Euronews

“DEMASIADAS ACUSACIONES”

Juncker subrayó que su primera prioridad era hacer frente a la crisis de los refugiados y criticó a los Estados miembros por su falta de cooperación. “Ha habido demasiado dedos apuntando a otros estas últimas semanas. Bruselas ha sido acusada de no hacer el trabajo que los Estados miembros deberían estar haciendo”, expresó.

El presidente de la Comisión pidió a los que dicen que no podemos acoger a todos los que llegan que se pongan los números en perspectiva: “Los refugiados representan 0,11% de la población total de la UE. ¿Quiénes somos nosotros para estar haciendo comparaciones?”. Y afirmó que si “Europa es visto hoy como un lugar de exilio y refugio, esto es algo para estar orgullosos y no es algo que temer”.

“El invierno se acerca”, dijo Juncker, avisando de la importancia del cuidado de los solicitantes de asilo, y condenó con firmeza los países que quieren hacer una selección: “¿Estamos distinguiendo entre cristianos, musulmanes, judíos? ¡No hay religión, ni creencia, ni filosofía en lo que respecta a acoger a los refugiados!”.

El presidente también elogió los esfuerzos de los países vecinos de Siria “con mucho más pobres que nosotros” recibiendo a millones de refugiados sirios.

NECESIDAD DE ABRIR CAMINOS LEGALES

La crisis de refugiados ha abierto el debate sobre inmigración. Gianni Pittella, de los socialistas (S & D), y Gabriele Zimmer, de la Izquierda Unitaria Europea (GUE / NGL), insistieron en la palabra solidaridad, mientras que otros repetían la importancia de hacer distinciones entre migrantes económicos y refugiados.

Syed Kamall, desde los conservadores euroescépticos (ECR), trató de restar importancia a Europa: “Vamos a sentarnos alrededor de la mesa, pero no sólo la UE: es una crisis internacional”, e insistió en el cuidado de los refugiados (dando ayuda económica) en los campos de Jordania y el Líbano en lugar de traerlos aquí. Por otra parte, el líder de los liberales, Guy Verhofstadt, el federalista más activo en el Parlamento Europeo, se preguntó “¿cómo podemos hacer una distinción si tenemos 28 sistemas [de migración legal]?”.

CRISIS ECONÓMICA, GRECIA Y DESEMPLEO

El Presidente de la Comisión apenas tuvo tiempo para hablar de otros temas importantes para los ciudadanos europeos. Se felicitó por la prevención del “Grexit” y agradeció a Alexis Tsipras por “haber cambiado de rumbo”. Advirtió asimismo que la crisis no ha terminado: “No debemos renunciar al objetivo de convertir a Europa en un país… un continente – corrigió Juncker mientras los euroescépticos casi saltaban de sus asientos-, donde haya pleno empleo”.

Los partidos de izquierda y socialistas del hemiciclo criticaron a Jean-Claude Juncker, al no hacer referencia a cuestiones como la creciente brecha entre ricos y pobres, los contratos por horas o el dumping social. “Usted no ha dicho nada acerca de las prioridades sociales”, comentó Gabriele Zimmer, del GUE/NGL. “¿De qué Unión estamos hablando cuando el único crecimiento que puede señalar es el aumento de la exclusión, el desempleo...?” Se preguntó Philippe Lamberts, de los Verdes.

MOMENTO HISTÓRICO

Este es el primer discurso del Estado de la Unión pronunciado por el presidente de la Comisión que ha sido elegido directamente por el Parlamento Europeo, e indirectamente por los ciudadanos cuando votaron en las elecciones en mayo de 2014.

Se espera que el Presidente de la Comisión sea un europeo comprometido que promueva las “preferencias generales” de los Estados miembros (art. 17 del Tratado de Lisboa), pero al mismo tiempo, que consiga trascender de sus posiciones en favor del proyecto europeo.