Líder de Boko Haram entrega su vida a Jesús

Un grupo de misioneros nigerianos con ayuda del ministerio Christian Aid Mission, han estado llevando el Evangelio a militantes islámicos de Boko Haram, tras lo que varios de ellos han entregado su vida a Jesús.

El responsable de este ministerio nigeriano envió recientemente un informe a Christian Aid Mission detallando que "Hemos podido reintegrar a algunas personas, incluidos niños y ex insurgentes que dejaron el grupo rebelde y se arrepintieron de sus crímenes. Los hemos estado ayudando y alimentando en dos de nuestras sedes, la Escuela de Misiones y nuestro centro de atención al converso", indicó.

Además, relató el testimonio concreto de un ex dirigente de Boko Haram, conocido como Banga, que aceptó a Jesús en su corazón tras escuchar el Evangelio de Juan, que en la experiencia de estos misioneros es una gran herramienta para llevar a los musulmanes a un conocimiento de quién es realmente Jesús.

"(Banga) dirigió personalmente los ataques a dos pueblos cristianos. Ahora llora cuando recuerda que mató a gente inocente. Estoy trabajando personalmente con él para ayudarle a superar el trauma. Él está con uno de nuestros amigos de la misión que se ocupa de él".

En su labor relata que "hemos podido entregar 45 Biblias en audio a musulmanes dispuestos a escucharla".

Por su parte, indicó que en el noreste de Nigeria, donde él y su ministerio tienen su residencia, los insurgentes de Boko Haram han destruido prácticamente todo lo que está a su alcance.

"Mujeres y hombres por igual están siendo capturados y llevados al bosque, y parece que hasta ahora el ejército ha sido incapaz de rescatar a nadie. El creciente número de hombres, mujeres y niños en los campamentos de refugiados de los tres países fronterizos está aumentando en cientos de miles de personas. Creemos que debemos hacer todo lo posible para ayudarlos, incluso a riesgo de nuestra propia seguridad".

Este equipo de misioneros ha experimentado no sólo logros, sino también dolorosas derrotas. Sus vidas han sido amenazadas a menudo y se vieron obligados a trasladar la sede de su ministerio por la persecución que sufrían. Pero no se dan por vencidos “es la obra que Dios nos ha confiado”.