A sólo horas de que empiece el Mundial de fútbol de la FIFA, Brasil corre a contrarreloj para mostrar su mejor cara. El sprint final incluye un últmo intento de frenar las manifestaciones y terminar a tiempo toda la infraestructura que acogerá a unos 600.000 aficionados y turistas de todo el mundo. Muchos de estos visitantes llegarán con la idea de consumir sexo y la oferta de prostitución incluirá también a niñas menores de edad.
250.000. Es la cifra de menores atrapados en la industria del sexo brasileña, según la Policía Federal. Provienen de favelas y
zonas rurales deprimidas de todo el país, donde en muchos casos ya sus madres y sus abuelas habían sido prostituidas.
Conforme Brasil ha ido convirtiéndose en el centro de atención internacional, los mensajes de alerta han ido llegando de todas partes. “Siempre que hay grandes eventos deportivos, de hombres de negocios y otros similares, aumentan los casos de trata y
prostitución para ‘satisfacer’ a los asistentes de estos eventos”, explica Daniel Banegas, de Esclavitud XXI.
No ocultan la existencia de esta lacra los dirigentes del país, el porcentaje elevadísimo de menores de edad es innegable. La propia
Dilma Rousseff, presidenta del país, decía en Twitter hace ya tres meses:
“El Gobierno aumentará los esfuerzos en la prevención de la explotación sexual de niños y adolescentes en el Carnaval y en el Mundial”.
Pero las declaraciones y las buenas intenciones chocan con la realidad de que
ni la propia policía parece saber cómo atacar efectivamente la explotación sexual de un cuarto de millón de niñas. “Las casas de prostitución”,
explican varias activistas en un artículo en El País, “aun estando prohibidas por la ley brasileña, anuncian sus servicios en
vallas de publicidad de varias de las sedes del Mundial como Fortaleza y Sao Paulo, Florianópolis, en los periódicos y en Internet”.
“Esta es una imagen diametralmente opuesta a la que debería ofrecer Brasil en la Copa del Mundo”, recuerdan. “La situación de desigualdad y pobreza hace que las mujeres y las niñas sean un blanco fácil para los reclutadores de las redes de prostitución. Las mujeres atrapadas en la industria del sexo son un factor crucial para impulsar el
negocio del entretenimiento y el turismo, generando beneficios para empresas y para gobiernos extranjeros. Estas conexiones son de carácter estructural y no solo un efecto secundario de la lógica de grandes eventos y mega-proyectos”.
UNA “AUTOVÍA DE LA EXPLOTACIÓN” QUE CRUZA BRASIL
El oscuro hilo que liga gran parte de la explotación sexual en Brasil, especialmente la infantil, se llama
BR-116. Es la carretera que cruza el enorme país desde la frontera con Uruguay (al sur) hasta Fortaleza (en el norte). Esta
“autovía de la explotación”, como muchos la denominan, une ciudades principales como
Porto Alegre, Sao Paulo, Feira de Santana, Rio de Janeiro y Curitiba (donde se hospedará la selección española).
A lo largo de 4.536 kilómetros de carretera se acumulan
262 “espacios” en los que se sabe que hay niñas explotadas sexualmente. “Esto equivale a un lugar de este tipo cada 17 kilómetros”, según
Meninadança, una ONG que trabaja para sacar de la prostitución a cuantas chicas pueda.
“En las comunidades pobres que hay a lo largo de la carretera más larga y transitada del país, la BR-116,
la prostitución es aceptada y vista como una forma común de ganar dinero, y para miles de niñas vulnerables el abuso y la explotación se ha convertido trágicamente en una parte totalmente normal en su paso por la adolescencia”, dicen.
“Normal o no, aceptado o no, las explotación sexual de niños y niñas destroza sus vidas. A una niña que es explotada sexualmente se le roba su infancia y se le niega la oportunidad de descubrir su propia identidad y valor.
No hay una violación más grave de los derechos humanos de un menor”.
ANTE LA TRAGEDIA, DANZA
Meninadança fue fundada por
Matt Roper, un periodista británico que lleva años residiendo en Brasil. Todo empezó cuando buscaba soluciones para adolescentes adictos al crack en las calles de Belo Horizonte. Ahora la organización trabaja en la localidad de Medina (Minas Gerais) con profesoras y consejeras para sacar a niñas de la BR-116 a través de la
danza.
En lo que han llamado la Casa Rosa, trabajan con unas
60 menores de entre 10 y 17 años en un ambiente artístico a la vez que seguro. También ofrecen recursos a los padres y colaboran con otras entidades sociales. Su meta, muy realista, es sacar a las niñas del enorme riesgo, “de una en una”.
ROPER: “BUENAS PALABRAS” NO FRENAN LA REALIDAD
La frenética actualidad mediática alrededor de Brasil ha llevado a que Meninadança haya podido participar en un
amplio reportaje en la BBC en el Reino Unido. El activista también explicaba detalles de lo que está ocurriendo en la trastienda del Mundial en un duro
artículo publicado recientemente en la revista Christianity.
“
Una niña con un vestido muy corto, que tendrá no más de 12 años, parece incómoda y sin experiencia mientras busca turistas sexuales cerca de la playa de Fortaleza. No pasa mucho tiempo, y se acerca un hombre, negocia un precio con ella y se la lleva. La escena, que vi hace solo un par de semanas, me dejó perplejo, no sólo por lo trágico que parecía, sino también porque la
niña estaba buscando clientes justo frente a la puerta de entrada de la comisaría de policía. En muchos sentidos, esta imagen resume el problema de prostitución infantil que tiene Brasil”, explica Roper.
Pese a las muchas “buenas palabras” sobre perseguir a los extranjeros que cometan crímenes sexuales,
“la prostitución infantil es algo tan normal que pocos brasileños le dedican una segunda mirada, ni siquiera los policías de los que se espera que protejan a los menores del abuso”. Si se pregunta a los ciudadanos de a pie, la mayoría opina que “la policía sabe lo que ocurre, pero no hace nada”. Otros dicen que algunos de esos clientes que abusan de las niñas son, precisamente, policías.
El periodista ha viajado por varias ciudades de Brasil en los dos últimos meses y se ha ido “alarmando cada vez más con lo que he visto y oído”. Antes de que lleguen todos los aficionados al fútbol, concluye,
el Mundial ya habrá “creado miles de jóvenes víctimas”.
NIÑAS EXPLOTADAS ALREDEDOR DE LOS NUEVOS ESTADIOS
“Con
12 estadios que se están renovando o construyendo desde cero, nuevas carreteras, hoteles y aeropuertos, la prostitución infantil ha crecido alrededor de estas zonas de obras”. Según una encuesta en un medio brasileño, los datos son devastadores: habría habido
menores explotados sexualmente en el 97% de las obras previas al Mundial, y 1 de cada 4 trabajadores admitía haber practicado sexo con alguna niña menor de edad.
“En Sao Paulo, donde se celebrará el primer partido”, continúa Roper, “
he visto a niñas de 11 años vendidas a obreros de la construcción que construyen el estadio en el que Inglaterra jugará contra Uruguay. El grotesco comercio se daba a plena luz del día, en calles cercanas al estadio y a la vista de las patrullas de la policía. Una de las chicas,
Poliana, de 14 años, que vive en una favela que hay lado del estadio valorado en 200 millones libras, nos explicó que
vendía su cuerpo a los obreros de la construcción por 2,6 libras, durante la pausa del mediodía”.
Cuando comience a rodar el balón, temen las autoridades y las ONG, la situación sólo empeorará. “Cuando empiece el Mundial, habrá muchas más chicas de mi edad y más jóvenes, aquí”, explicaba Poliana a Roper. “Todos piensan que se puede hacer
mucho dinero con los extranjeros que lleguen”.
NIÑAS TRANSPORTADAS A SAO PAULO
En toda esta locura, las
mafias trabajan a destajo. Se están trayendo a las zonas que rodean los estadios a niñas jóvenes de toda la geografía, incluso de fuera de Brasil. “Un perturbador informe de consejeros locales en Sao Paulo habla de
buses de niños llegando a la ciudad desde las regiones pobres del país, después de haber sido capturados por traficantes. También hay informes de niñas menores de edad llegando al aeropuerto de la ciudad desde
Congo y Somalia, supuestamente financiadas por mafias rusas”, denuncia el periodista.
“Cada día vemos la naturaleza endémica de la prostitución infantil en la sociedad brasileña,
familias vendiendo a sus propias hijas, niñas de incluso nueve años que piensan que la prostitución es algo normal”.
¿Cuál es la solución? “Hasta que las autoridades de Brasil no empiecen a tomar este tema en serio, y hasta que la sociedad no empiece a verlo como inaceptable, a innumerables niñas jóvenes se les seguirá robando su infancia y su futuro”.
ACTUAR: UNA FIESTA EN TU CASA, APROVECHANDO EL MUNDIAL
La web de Meninadança ofrece varias formas de
comprometerse con la causa, aprovechando que Brasil será por unas semanas el centro de atención.
“Es la
oportunidad perfecta para invitar tus amigos, vecinos o colegas a escuchar lo que le pasa a niñas en la BR-116. Queremos animarte montar un
eventoen tu casa, en tu iglesia, en tu lugar de trabajo o en la escuela”. Algunas sugerencias: aprovechar una pausa de café, organizar una noche de pizzas,
una fiesta centrada en el Mundial o en la cultura brasileña, “lo que más te apetezca”.
La ONG propone
registrar el evento para que pueda “enviar postales y carteles para invitar a la gente, así como literatura, videos e ideas para conseguir transmitir el mensaje”.
Otras formas de apoyar van desde
viajar a conocer el trabajo de la escuela de danza sobre el terreno durante dos semanas, hasta la posibilidad de trabajar a tiempo completo con el equipo por dos años.
Puede leer más sobre la historia de Meninadança en su web, y seguir el día a día del proyecto en su página en Facebook o en Instagram.
Si quieres comentar o