Acusan a China de campaña anticristiana por el derribo de una iglesia

La demolición de la Iglesia Sanjiang en Wenzhou ha comenzado este lunes, según el testimonio de activistas y fotografías enviadas al correponsal del diario Telegraph en China.

Cuatro excavadoras han comenzado a destruir partes de este edificio en el que se reúnen cientos de personas. De hecho, semanas atrás la congregación se había movilizado para impedir la demolición ordenada por las autoridades, según su versión, porque infringía normas de edificación.

La Iglesia Sanjiang está en Wenzhou, una ciudad costera rica conocida como la “Jerusalén del Este”. Miles de cristianos formaron hace unas semanas un escudo humano para proteger a la iglesia del intento de demolición, que finalmente se ha producido.

Miembros de la Iglesia acusaron a los líderes comunistas en la provincia de Zhejiang de ordenar una ofensiva contra la iglesia. Afirman que hay planes para demoler total o parcialmente al menos diez lugares de culto.

Los funcionarios rechazaron esas acusaciones, alegando que la iglesia había violado los códigos de construcción.


Una vez que la noticia tomó eco de forma internacional, las autoridades negociaron con la iglesia, y parecía que habían llegado a algún tipo de acuerdo. Sin embargo, parece que este fue sólo una tapadera para lo que venía: la demolición de la iglesia y la hostigación hacia los fieles que se habían manifestado.

Según un testigo que cita Telegraph, la demolición ha comenzado con cuatro excavadoras y una pequeña máquina dentro del edificio, que permanece vigilado por un centenar de policías. Todos los caminos hacia la iglesia están bloqueados para impedir cualquier maniobra popular que impida continuar con los trabajos.

CHINA AID: 'ATAQUE A LA LIBERTAD RELIGIOSA'
Bob Fu, un activista cristiano de China Aid, con sede en Estados Unidos, dijo que la demolición “ha sido orquestada por el gobierno y representa una grave escalada en contra de la libertad religiosa en Zhejiang. El régimen chino opta por hacer caso omiso de sus propias leyes y la voluntad de sus mejores ciudadanos”.

Las autoridades provinciales, por su parte, niegan que se esté librando una campaña orquestada contra lugares de culto cristianos. Sin embargo, Feng Zhili, el jefe del comité de asuntos étnicos y religiosos de Zhejiang, se quejó a principios de este año que la propagación del cristianismo había sido “excesiva y demasiado irregular”.

Tampoco sentaron bien a las autoridades chinas las opiniones del experto en religiones Fenggang Yang, que afirmó que en 2030 China sería el país con más cristianos del mundo. Un alto funcionario del Partido Comunista arremetió contra esas predicciones acusándolo de “poco científico” y diciendo que las cifras estaban“obviamente, infladas”.