Son horas de tensión e incertidumbre en Egipto, donde las multitudinarias manifestaciones de los últimos días han desatado lo que parece la consumación del conflicto entre gran parte de la población y el gobierno de corte islamista propuesto por los Hermanos Musulmanes y encabezado por Mohamed Morsi.
El
fracaso de la Constitución aprobada en diciembre se refleja estos días en las calles de Egipto, donde
miles de manifestantes han salido para pedir la dimisión del presidente y de su Gobierno. Cuatro ministros han hecho caso al clamor y en la mañana del lunes anunciaban su renuncia. Sin embargo, Morsi aún no ha hecho ningún movimiento que indique su interés por marcharse.
Entre los manifestantes se percibe la decepción que ha supuesto el
giro islamista del gobierno, el primero elegido democráticamente en el país
tras la caída de Mubarak. La
grave crisis económica que atraviesa el país ha colmado la paciencia de muchos egipcios.
Sin embargo,
todavía quedan apoyos entre la población para Morsi y los Hermanos Musulmanes, que también salen a la calle a defender a su gobierno, que consideran legítimo. Esto ha llevado a que se produzcan enfrentamientos violentos.
Las protestas se saldan con 16 fallecidos y 781 heridos según cifras del ministerio de Sanidad.
El ejército ha manifestado, en un comunicado emitido por televisión, que intervendrá en 48 horas si Morsi no cede a las peticiones de los manifestantes, avisando que aplicará “su propia hoja de ruta” para dibujar el futuro de la región.
¿QUÉ HARÁ EL EJÉRCITO?
Entre los cristianos de Egipto, la situación se torna complicada. Son una parte importante de los manifestantes, dado que no están de acuerdo con el giro islamista del país, algo que estaba afectando a sus libertades más básicas.
Sin embargo,
algunos consideran que la acción del ejército puede ser un arma de doble filo. Porque a pesar de que el ejército ha amenazado al presidente, también éste había manifestado recientemente su intención de utilizarlo para detener las protestas.
Desde la agencia
International Christian Concern (ICC) preocupa que esta sea “una estrategia de Morsi para aplastar las protestas. Los Hermanos Musulmanes no tendrán dudas en luchar y usar la violencia”, dice
Jeff King, presidente de ICC.
“Egipto se encuentra en una encrucijada en la que puede inclinarse hacia un Estado islámico o hacia un país libre y democrático. Los islamistas han sido violentos hacia los cristianos en su primer año en el poder. Si no son depuestos, el futuro es muy sombrío”, dice King.
HERIDOS
Por su parte,
Puertas Abiertas (Open Doors) ha emitido un comunicado en el que informan que el hijo de un misionero ha sido herido gravemente en una de las manifestaciones.
“Andrew – dice el comunicado – es un estudiante de medicina que el domingo salió para unirse a las manifestaciones contra el gobierno de Morsi. Mientras marchaban pacíficamente, un grupo de fanáticos islamistas abrió fuego con ametralladoras sobre los manifestantes”.
Andrew sufrió dos heridas de bala, por lo que fue ingresado de inmediato en un hospital cercano. Después de una cirugía inicial los médicos consiguieron extraer una bala que se encontraba cerca de la médula espinal, salvando su vida. Sin embargo continúa todavía en cuidados intensivos.
Michael, un líder cristiano en Egipto, dice:
“Mi corazón está sangrando por mi país y por las almas perdidas, así como para aquellos que están pasando por este dolor. Además, escuchar a las amenazas de los grupos fanáticos que prometieron más violencia y sangre si el presidente Morsi se ve obligado a renunciar, hace a mi familia y a todos los cristianos de Egipto gritar 'Ya Rab', que significa: 'Oh Señor'”.
“Puertas Abiertas pide a todos los cristianos en Occidente que oren por Andrew, así como por todos aquellos que han perdido seres queridos en las protestas de este fin de semana.
Oren además para que la violencia termine y se llegue a una resolución pacífica”, concluye la organización misionera.
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