Exodus, una de las mayores organizaciones cristianas enfocada en homosexuales, ha anunciado que cierra sus puertas definitivamente tras tres décadas de ministerio.
El Consejo de Administración tomó la decisión tras un año de diálogo y oración sobre la función de Exodus en la actualidad. “No estamos negando las maneras que Dios usó Exodus para afectar positivamente a miles de personas, pero una nueva generación de cristianos está buscando un cambio - y quieren ser escuchados”, explicó Tony Moore, miembro del Consejo.
El presidente Alan Chambers dice que
“desde una perspectiva judeocristiana, homosexuales, heterosexuales o de otra manera, todos somos hijos e hijas pródigos. Exodus es el hermano mayor del hijo pródigo, tratando de imponer su voluntad a las promesas de Dios, y hacer juicios sobre quién es digno de Su Reino. Dios nos está llamando a ser como el Padre - para dar la bienvenida a todos, amar sin obstáculos”.
CARTA DE DISCULPA
El presidente de la entidad,
Alan Chambers, ha publicado una carta titulada “Lo siento” en la que principalmente pide disculpas a la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) por “el dolor y el daño” provocado, y ha expresado su intención de centrar su ministerio futuro en el seguimiento de Jesús y no en la denuncia de un pecado.
Durante 37 años, Exodus ofreció programas de 'curación' o reconversión para homosexuales, en un programa terapéutico y espiritual que pretendía cambiar la tendencia homosexual.
Hace un año el presidente de la organización Alan Chambers explicó que dejaban definitivamente estas terapias, en una entrevista concedida a Oprah Winfrey.
Las declaraciones de Chambers
hicieron que la organización perdiera muchos apoyos. Algunos de los principales líderes evangélicos y decenas de ministerios afiliados desertaron de Exodus, que ahora ha decidido desaparecer definitivamente.
EXPERIENCIA PERSONAL
Chambers quiere
expresar ahora estas disculpas “de forma pública”, en un acto que dice que realiza “de buena gana” y convencido de que “esta disculpa es lo que Dios el Padre quería que hiciera”.
El director de la entidad cuenta que él experimenta sentimientos de atracción hacia personas de su mismo sexo, y lamenta “el trauma causado”. “Durante mucho tiempo omití esta atracción”, confiesa, porque “tenía miedo de compartirlo tan fácilmente y rápidamente como lo hago hoy”.
“Mirando hacia atrás, parece extraño pensar que podía hacer algo para hacer (que esa atracción) se detuviera. Hoy, sin embargo,
acepto estos sentimientos como parte de mi vida, que probablemente siempre estará ahí”. Pero ahora “los días de sentir vergüenza” han pasado y ahora no duda “en aceptarlo, tal y como mi esposa y mi familia lo hace. Como mis amigos lo hacen. Como lo hace Dios”.
Dice Chambers que se siente como “un paria” entre la comunidad gay y la comunidad cristiana, ya que dice no estar de acuerdo “con las mayoría de las voces de estos grupos”. Ahora intenta “forjar un nuevo lugar de servicio pacífico”. “Mi deseo es alinearme totalmente con Cristo, su Buena Nueva para todos y su oferta de paz en medio de las tormentas de la vida. Mis creencias se afirman en la gracia, la obra terminada de Cristo en la cruz y su oferta de relación eterna a todas y todos los que creen. Nuestras creencias no se centran en el “pecado”, porque “el pecado” no está en el centro de nuestra fe”, apunta el presidente de Exodus.
DISCULPA POR 'TERAPIAS REPARADORAS'
En la disculpa dirigida a la comunidad, Chambers expresa su “profundo arrepentimiento” por el “dolor y el daño que muchos de ustedes han experimentado. Lamento que algunos de ustedes pasaron años trabajando a través de la vergüenza y la culpa que sentía cuando sus atracciones no cambiaron”.
“Siento haber promovido – continúa Chambers - esfuerzos de cambio de orientación sexual y teorías reparadoras. Fallé al compartir públicamente que las personas gays y lesbianas que conozco no eran tan capaces de ser padres increíbles como las personas heterosexuales que conozco”.
Sobre todo se disculpa “porque
muchos han interpretado este rechazo religioso por los cristianos como el rechazo de Dios. Lamento profundamente que muchos se han alejado de la fe y que algunos han decidido poner fin a sus vidas. Para el resto de mi vida voy a anunciar nada más que la verdad del Evangelio, de la gracia, la misericordia y la invitación abierta a todos a entrar en una relación inseparable con Dios Todopoderoso”.
Apunta además que
“no puedo pedir disculpas por mis creencias bíblicas profundas sobre los límites que veo en las Escrituras que rodea el sexo, pero voy a ejercer mis creencias con gran cuidado y respeto por aquellos que no las comparten. No puedo pedir disculpas por mis creencias sobre el matrimonio. Pero no tengo ningún deseo de luchar contra otros por sus creencias o por los derechos que buscan. Mis creencias sobre estas cosas nunca volverán a interferir con el mandato de Dios de amar a mi prójimo”.
“En el futuro – concluye la carta - vamos a servir en nuestra cultura pluralista organizando conversaciones reflexivas sobre el género y la sexualidad” intentando “reducir el miedo y apoyando la esperanza de inspirar y cultivar el florecimiento humano”.
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