El principal representante de la Iglesia Anglicana, Justin Welby, se mostró “optimista” ante el futuro de la Iglesia y animó a los fieles a “asumir riesgos” para llevar el mensaje de Jesús a la sociedad con relevancia.
Justin Welby fue uno de los participantes de las conferencias de líderes organizada por la iglesia londinense Holy Trinity Brompton (HTB), una de las más influyentes de los últimos años a través del desarrollo de los conocidos cursos Alpha.
El Arzobispo de Canterbury fue entrevistado por
Nicky Gumbel, vicario de HTB que desarrolló el programa Alpha en los años 80. La conferencia fue seguida en directo por más de 5.000 asistentes.
En un ambiente distendido, Welby y Gumbel conversaron acerca de la situación de la iglesia. Welby quiso transmitir un mensaje de esperanza hacia el futuro pero a la vez advirtió que “necesitamos ser una Iglesia que toma riesgos”, advirtiendo que la vida cristiana “no es permanecer seguro”.
Para Welby el mensaje de la iglesia puede “llenar” el vacío dejado por el Estado en medio de la crisis financiera global. Alabó el trabajo que se puede hacer para los necesitados en esta época. “Es una gran oportunidad para demostrar el amor de Cristo. Ahora soy más optimista sobre la Iglesia de lo que nunca lo sido en mi vida”, dijo Welby.
Porque por primera vez en 70 años, según Welby,
la gente en Occidente entiende que “Cristo responde a las necesidades del mundo”.
Enfatizó además la idea de una relación personal de cada persona con Cristo, recordando que
“cada creyente es un discípulo, sea donde sea que esté”, en referencia a su tiempo como empleado para una empresa petrolera.
MARCADO POR LA PÉRDIDA DE SU HIJA
En la entrevista hubo un momento especialmente emotivo cuando
Welby recordó la experiencia de haber perdido a una hija, Johanna, cuando esta tenía solo siete meses de edad, en 1983. El arzobispo dijo que había sido una experiencia “indescriptiblemente dolorosa”, pero a la vez tanto él como su esposa Caroline recuerdan que fue una época en la que sintieron “la presencia de Dios de una forma más intensa que en cualquier otro momento de nuestra vida, viendo la realidad del amor de Dios”, compartió.
“Vivimos una relación extraordinariamente íntima con Dios llorando y orando. Estamos profundamente rodeados de amor y sobre todo muy profundamente por el amor de Cristo que nos sostiene a través de eso”, dijo Welby visiblemente emocionado. “Todavía no pasa un día en que no piense en Johanna, y yo creo que eso le pasa a la mayoría de los padres que han pasado por esto y sin embargo,
nunca pienso en ella sin recordar la forma casi tangible en el que Cristo nos abrazó a nosotros y a ella, y que aún nos abraza”.
UNIDAD
Por otra parte
advirtió a la audiencia, compuesta por líderes anglicanos, católicos, ortodoxos, metodistas, bautistas, presbiterianos y pentecostales, contra los peligros de luchar entre ellos. “No podemos vivir por nuestra causa para ganar, tenemos que vivir para que gane Su causa”, dijo, y agregó que “muy a menudo las mayores heridas que experimentamos vienen de otros cristianos”.
El arzobispo dijo que es “natural que las iglesias crezcan” pero que es un trabajo “arduo” e instó a los oyentes a “tomar riesgos en el servicio a Cristo”.
Repasó además su conversión y otros momentos importantes en su vida, como su matrimonio con Caroline, su experiencia como Arzobispo de Canterbury durante las primeras semanas.
Pensando en el futuro, Welby dijo que sus áreas de énfasis serán la renovación de la oración y de la vida religiosa, la reconciliación dentro de la Iglesia y la evangelización en todo el país. “Dios, perdona a tu Iglesia fracturada, renueva nuestra unidad, dirije nuestras vidas y que podamos ver una revolución en nuestro tiempo”, dijo en oración.
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