Boko Haram rechaza posible amnistía del gobierno

El camino hacia la paz en Nigeria continúa plagado de obstáculos. En las últimas semanas el presidente Goodluck Jonathan había impulsado la creación de una comisión que examinara la posibilida de conceder una amnistía para los integrantes de Boko Haram. Una medida de gracia que, sin embargo, ya ha sido rechazada por el grupo, que estima que “no ha hecho nada malo” y por lo tanto continuará en pie de guerra hacia el gobierno y hacia los cristianos del país.

La idea de amnistiar a los insurgentes fue espoleada por el presidente después de que agentes políticos y religiosos del norte del país, de mayoría musulmana, criticasen las acciones del ejército y pusieran de manifiesto que estas no estaban trayendo paz.

Pero esta semana en una declaración grabada, el líder del grupo, Abubakar Shekau, dijo que no había hecho nada malo por lo que desestimaba la idea de una amnistía.

Boko Haram lleva adelante una campaña de violencia desde 2009 en el centro y norte del país en la que han muerto al menos 2.000 personas. Sus víctimas favoritas han sido los cristianos de la región, lo que ha obligado a muchos a dejar sus hogares para desplazarse al sur del país, más seguro para ellos, en un entorno de mayoría cristiana.

ENFRENTAMIENTO CON EL EJÉRCITO
El periódico Deusche Welle entrevistó sobre este asunto a Garba Gajam, experto legal nigeriano. La idea de la amnistía iría acompañada de “condiciones, porque debe haber un memorando de entendimiento, debe haber otros factores que satisfagan a ambas partes porque esto tiene que ver con la seguridad de la nación”.

El experto considera que es fundamental buscar la paz en la nación, aunque admite que el problema con Boko Haram es que persigue “la imposición de la sharia islámica”. Por otra parte, entiende que en la lucha no sólo hay factores religiosos, sino que muchos jóvenes se involucran “a causa de la falta de empleo remunerado”.

Es por eso que desde el gobierno se están buscando alternativas de negociación que eviten el enfrentamiento actual entre el ejército y el grupo. “Es necesario involucrar a personas de Boko Haram y fomentar la confianza entre el gobierno y ellos para que entiendan la necesidad real de la convivencia y de la libertad de culto”, afirma Gajam.

Porque parte del problema, según Gajam, está en la respuesta violenta y excesiva del ejército hacia el grupo terrorista. “La raíz de este problema está en lo que ocurrió en el estado de Borno, en el momento en que el gobierno estatal arrestó a algunos líderes de la secta y los mataron. Fue televisado, incluso. Los culpables que hicieron el asesinato nunca fueron detenidos y nadie ha sido procesado”, cuenta.

Esta actuación no hizo más que fortalecer la posición de los violentos, dice Gajam, que ahora se muestran poco dispuestos a modificar el estado actual de las cosas.