Hace cinco años, el gobierno de Corea del Norte accedió a paralizar las actividades de su reactor nuclear en Yongbyon a cambio de ayuda y concesiones diplomáticas. Sin embargo, la agencia oficial de noticias norcoreana ha anunciado que las instalaciones volverán a su funcionamiento para usos eléctricos y militares.
El país viene de declararse en “estado de guerra” con Corea del Sur y ha ido aumentando sus amenazas tras la última sanción decretada por la ONU en febrero, así como los ejercicios militares de Corea del Sur y Estados Unidos.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur dijo que, de ser cierta, la medida de Corea del Norte sería “muy lamentable”.
Los expertos en política internacional no descartan que la escalada de amenazas pueda terminar en un conflicto armado.
CRONOLOGÍA DEL CONFLICTO
El 12 de diciembre Corea del Norte disparó cohete multietapa, medida condenada por la ONU ya que es una prueba prohibida de tecnología de misiles de largo alcance.
Dos meses después, el 12 de febrero, Corea del Norte realizó una prueba nuclear subterránea, la tercera después de las pruebas de 2006 y 2009.
En marzo, Estados Unidos y Corea del Sur comenzaron sus ejercicios militares conjuntos anuales. El día 19 volaron bombarderos B-52 con capacidad nuclear sobre la península coreana, después de varias amenazas de Corea del Norte.
El 27 de marzo Corea del Norte cortó la línea militar con Seúl. El día siguiente Estados Unidos hizo volar bombarderos furtivos B-2 sobre la península de Corea.
El 30 de marzo Corea del Norte anuncia que está en “estado de guerra” con Corea del Sur. Finalmente, el día 2 de abril Corea del Norte dice que reiniciará la actividad en el reactor de Yongbyon.
UN REACTOR DESMANTELADO EN 2007
El reactor de Yongbyon –que constituyó la fuente de plutonio para el programa nuclear norcoreano– se cerró en julio de 2007 como parte de un acuerdo de desarme a cambio de ayuda.
Más tarde la torre de enfriamiento de la planta fue destruida, pero luego el acuerdo de desarme se estancó.
Parte de la razón por la que el acuerdo no prosperó fue que EE.UU. no creyó que Pyongyang revelara completamente todas sus instalaciones nucleares, una sospecha que cobró más fuerza cuando Corea del Norte le mostró una instalación de enriquecimiento de uranio en Yongbyon al científico estadounidense Siegfried Hecker en 2010.
A pesar de que su objetivo parecía ser la generación de electricidad, Hecker dijo que la instalación podría ser fácilmente adaptada para producir uranio altamente enriquecido para bombas.
El comunicado de este martes fue atribuido a un portavoz de la Departamento General de Energía Atómica.
El departamento había decidido “ajustar y modificar los usos de las instalaciones nucleares existentes”, incluyendo “el reajuste y reinicio de todas las instalaciones nucleares en Nyongbyon (Yongbyon), incluida la planta de enriquecimiento de uranio y un reactor moderado por grafito de 5 megavatios”.
La obra se pondría en marcha sin demora, según el comunicado, que también atribuyó el cambio a la necesidad de generar más electricidad.
En un informe de noviembre 2010 a raíz de su visita a Yongbyon, Hecker dijo que sobre la base de lo que él vio que creía que Corea del Norte podría “reanudar todas las operaciones de plutonio dentro de unos seis meses” en Yongbyon si así lo quería.
El reactor puede producir barras de combustible gastado que se pueden convertir en plutonio. Eso es lo que los expertos creen que Corea del Norte usó para sus pruebas nucleares en 2006 y 2009. No está claro si en la prueba de febrero se usó plutonio o uranio.
La reforma de las instalaciones nucleares podría sugerir que
Corea del Norte podría comenzar abiertamente a enriquecer uranio para armas, lo que le daría una vía más rápida de ruta para la fabricación de armas nucleares, informa Lucy Williamson, corresponsal de la BBC en Seúl.
Desde Estados Unidos dicen que a pesar de las amenazas mantienen la calma. “A pesar de la dura retórica que hemos escuchado de Pyongyang, no estamos viendo cambios en la postura militar de Corea del Norte, como grandes movilizaciones o posicionamiento de fuerzas”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney. Aunque EEUU está “vigilando la situación de Corea con mucha diligencia”.
MITOS Y VERDADES DE COREA DEL NORTE
El enviado especial en Seúl del
diario El Mundo ha publicado un artículo en el que confronta algunas “falsedades” que se extienden sobre Corea del Norte en las últimas semanas, a raíz de la escalada de amenazas.
Según el periodista David Jiménez, hay varias falsedades que se han extendido. Primero, que Corea del Norte pueda desatar un “apocalipsis nuclear” en EEUU. En realidad “carecen de la tecnología para llevarlo a cabo, porque el más potente de sus misiles tiene un alcance de 6.000 kilómetros”. Por otra parte, utilizar una bomba atómica en la capital de Corea del Sur “sería dispararse en el pie: menos de 200 kilómetros separan Pyongyang de Seúl”.
Desmiente también la idea de que “sus líderes estén locos”.
“Las decisiones del fallecido Kim Jong-il o ahora de su hijo Kim Jong- un siempre han seguido una estrategia que les ha reportado beneficios, ayuda exterior y una posición de fuerza a la hora de negociar”, explica el experto.
Además es falso que Corea del Norte sea un “refugio” del comunismo puro, como sostienen algunos en las redes sociales para apoyar al régimen norcoreano, porque “el país está controlado por una élite que vive rodeada de los mismos lujos que prohíbe a sus ciudadanos. La ideología marxista es secundaria en un sistema que combina dinastía hereditaria, ultranacionalismo y tintes fascistas”.
Lo que
sí es cierto es que “hay un peligro de enfrentamiento” y que sus misiles “pueden golpear Tokio y Seúl en minutos, forzando una intervención de EEUU. China, el gran aliado norcoreano, se vería obligada a defender a Pyongyang, como ya hizo en la Guerra de Corea (1950-1953)”.
Además hay pruebas de que
en Corea del Norte sigue imponiéndose un “régimen totalitario” que controla a la población de forma abusiva. La existencia de gulags y centros de reclusión con prisioneros (de 40.000 a 200.000), la persecución a los disidentes y las recurrentes denuncias de los pocos que han conseguido escapar ha hecho que
la ONU recientemente ordenase una investigación desde el Consejo de los Derechos Humanos.
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