Tras unas semanas de tensión política en el país africano, el gobierno actual ha reaccionado con una mayor presión sobre todos aquellos que quedan fuera de las líneas prescritas por el gobierno. Entre ellos, cristianos independientes que han denunciado la opresión que sufren.
Paul Estabrooks, misionero de Puertas Abiertas, explica que el 20 de febrero “siete creyentes fueron arrestados. Tres de ellos trabajan para una empresa de telecomunicaciones, uno es un estudiante universitario, y también una mujer, madre de cinco hijos”.
Posteriormente se registraron más detenciones.
El 5 de marzo se contabilizaban ya unos 125 cristianos eritreos que fueron “golpeados y detenidos” en el oeste del país, supuestamente como parte de una campaña gubernamental. Todos los detenidos desde el mes de enero son miembros de una denominación evangélica en la ciudad suroccidental de Barentu, según los investigadores Puertas Abiertas.
REPRESIÓN FUERA DE LA IGLESIA OFICIAL
El gobierno sólo permite la presencia de tres iglesias “oficiales”: la Católica, la Ortodoxa y la Luterana. Esto deja fuera a muchos evangélicos pentecostales. “El Gobierno sospecha que tiene que ver con una percepción del cristianismo evangélico que está alineado con Estados Unidos, por lo que han decidido que el culto de cualquier otra denominación cristiana, fuera de estas tres, es ilegal”, dice Estabrooks.
En cuanto a los detenidos, Estabrooks dice no saber cuál es su estado. “No sabemos dónde están detenidos, o donde van a ser trasladados. Como no hay suficientes celdas en las prisiones de Eritrea,
es posible que los mantengan recluidos en contenedores de transporte”. Algunas agencias misioneras estiman que hay entre 1500 y 3000 cristianos retenidos de esta forma.
“Nunca hay una causa judicial en estas situaciones. No tienen ninguna oportunidad de defenderse, por lo que son simplemente acusados de hacer culto fuera de las instalaciones de las iglesias permitidas”, explica Estabrooks.
DENUNCIAS INTERNACIONALES
El duro trato hacia estos cristianos no ha pasado desapercibido. La Comisión de los EEUU sobre Libertad Religiosa ha considerado a Eritrea como un país de especial preocupación (CPC) durante varios años. Según el informe,
las violaciones de la libertad incluyen torturas y otros malos tratos a los miles de presos por motivos religiosos, arrestos y detenciones arbitrarias sin cargos de los miembros de grupos religiosos no registrados, la prohibición prolongada en actividades religiosas públicas, la revocación de los derechos de ciudadanía de los Testigos de Jehová, la injerencia en los asuntos internos de los grupos religiosos registrados, y enormes demoras en responder a las solicitudes de registro de los grupos religiosos.
“Cada vez que oímos hablar de los creyentes encarcelados, nos preguntamos con el salmista: ¿Hasta cuándo oh, Señor? Pero tenemos esperanza en el Señor de que las puertas del infierno no prevalecerán en contra de Cristo y de su Iglesia... Tenemos que seguir clamando al Señor por ayuda. Nuestra ayuda viene solo de Él”, dijo una fuente de Puertas Abiertas que se mantiene en el anonimato por razones de seguridad.
El presidente del país, Isaías Afewerki, ha dicho que las políticas están dirigidas a grupos religiosos que son “engañados por los extranjeros” que buscan “distraer la atención de la unidad del pueblo de Eritrea y distorsionar el verdadero sentido de la religión”.
Eritrea está entre los países que más reprime a los cristianos por su fe. En la
lista de países con una mayor persecución elaborada por Puertas Abiertas, Eritrea ocupa este año el puesto décimo.
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