Estamos fuera de temporada regular en el Fútbol Americano, pero el nombre de Tim Tebow ha vuelto a resonar estos días en la prensa estadounidense a causa de la sorprendente renuncia del popular jugador a participar en una reunión de la Primera Iglesia Bautista de Dallas.
El asunto no parecía demasiado relevante, considerando que Tim Tebow participa con asiduidad en ceremonias religiosas y es bien conocida su fe evangélica. Sin embargo esta misma semana
hubo movimientos en la prensa, blogs y redes sociales acusando a la iglesia y al pastor bautista Robert Jeffress de “controvertido” por sus opiniones tradicionales acerca de varios asuntos, que van desde el matrimonio hasta de la doctrina de la salvación.
Tebow comunicó este jueves que no participaría en la ceremonia a través de las redes sociales. “Aunque yo quería compartir un mensaje de amor incondicional y esperanza en Cristo con los miembros fieles de la histórica Primera Iglesia Bautista de Dallas en abril, debido a la nueva información que ha llegado a mi conocimiento,
he decidido cancelar mi próxima aparición. Voy a seguir utilizando la plataforma que Dios me ha dado para llevar la fe, esperanza y amor para todos aquellos que necesitan un día mejor. Muchas gracias por todo su amor y apoyo. ¡Dios los bendiga!”, concluía Tebow.
CAMPAÑA AGRESIVA
Antes de la cancelación, desde diferentes plataformas se criticaba la participación de Tebow en esta histórica iglesia. “La paz y el amor del mensaje de Tebow podría quedar en entredicho por el pastor evangélico cristiano de la mega-iglesia”, escribía el Daily News de Nueva York.
Un conocido comentarista deportivo, Gregg Doyel de la CBS, dijo en su blog que Tebow "cometería el mayor error de su vida" si hablaba en esta iglesia.
Por su parte, el pastor
Jeffress respondió a las críticas hacia su ministerio, acusado de basarse en el “odio” hacia otros. Jeffress pastorea una congregación de unos 11.000 fieles en la ciudad. “Se nos ha caracterizado erróneamente de lanzar odio a los demás”, dijo Jeffress en un programa de radio.
“Nosotros decimos que Jesucristo ofrece la salvación a todo aquel que cree en él, y que el sexo debe ser entre un hombre y una mujer en el contexto del matrimonio. Si eso se debe considerar un mensaje de odio, no lo entiendo. Realmente muestra que la Palabra de Dios no ha cambiado, pero la sociedad ha cambiado”.
Jeffress explicó que Tebow le había llamado la noche del miércoles explicándole que no participaría en el evento de la iglesia “por razones personales y profesionales”.
LA GUERRA CULTURAL Y EL ÁGORA PÚBLICO
El gesto de Tebow ha sido aplaudido desde
sectores liberales y desde parte de la prensa, que ha considerado acertado que el atleta no relacione su imagen con “ideas” tradicionales del cristianismo conservador. “Lo cierto es que Tebow ha estado bajo una gran presión por haber accedido a hablar en una iglesia que The Huffington Post tildó de anti-gay y anti-semita”, explicaba Denny Burk, un gradudado de la facultad de Dallas, en un artículo en Religion Today.
“¿Qué vamos a hacer con esto? No creo que Tebow quiera relacionarse con el liberalismo doctrinal, ya que ha demostrado en más de una ocasión ser un fiel creyente en Jesucristo.
Pero tengo el presentimiento de que él está probablemente tratando de no enredarse en la guerra cultural”, dice Burk.
En esa “guerra cultural” los evangélicos conservadores se ven cada vez más como probables perdedores. Desde sectores de poder e influencia no se toleran expresiones que hasta hace poco tiempo eran aceptadas y hasta compartidas en la plaza pública. El rechazo a la homosexualidad o la exclusividad de una salvación por medio de Jesucristo son ideas que parecen ser “acorraladas” cada vez que alguien las hace públicas.
“Estas enseñanzas no son una innovación de un solo pastor, sino que son el consenso establecido de la Iglesia cristiana a lo largo de 2000 años de historia.
Si las opiniones de la Iglesia sobre estos asuntos no pueden ser toleradas, entonces estamos en una situación aterradora”, concluye Burk.
Algo similar expresaba
Rick Warren, que en su twitter hablaba de un nuevo acoso o “bullying” hacia aquellos cristianos conservadores que quisieran expresar sus opiniones en público. Warren recordaba
el caso de Chick-fil-A y el
veto del pastor Louie Giglio en la toma de posesión de Barack Obama. “Hoy en día, un atleta ha sido intimidado por hablar ¡en una iglesia!”, decía el pastor de la iglesia de Saddleback.
¿DECISIÓN POLÍTICA?
Otros opinan que simplemente
Tebow no quiere ser relacionado directamente con la oposición al matrimonio homosexual y con una hostilidad hacia otras opciones religiosas. Así lo defiende en un artículo Paul Brandeis, director de la sección de religión del Huffington Post.
Brandeis dice que
“es sorprendente que tras saberse de la participación de Tebow en la iglesia comenzara a circular una petición en Change.org instando a Tebow a cancelarla”, pero es “un verdadero milagro que Tebow decidiera hacerlo”.
El autor cree que Tebow “está escuchando al Espíritu Santo cuando él tomó la decisión de no asociarse a Jeffress y a su visión del mundo.
Tim Tebow se ha unido a las filas de los muchos cristianos que se niegan a ser asociados con una cepa particular de la fe religiosa que está conectada públicamente con una posición anti-gay y flagrantemente hostil a otras tradiciones religiosas”.
“Como muchos jóvenes evangélicos, Tebow parece preocuparse más sobre amar y ser amado por Jesús que las posturas políticas que muchos asocian automáticamente con él”, concluye.
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