Canadá ha decidido dar luz verde al proyecto de una oficina que promueva la libertad religiosa en todo el mundo. Formará parte del Ministerio de Asuntos Exteriores del país norteamericano con el objetivo de “promover la libertad de religión o creencias en todo el mundo”, según anunció el primer ministro canadiense, Stephen Harper.
“Hoy, como hace muchos siglos, la democracia no se encuentra,
la democracia no puede encontrar sin el terreno fértil en la sociedad donde las nociones de la libertad de conciencia personal y la fe no están permitidos”, expresó Harper este martes.
Harper justificó la creación del departamento porque
“en todo el mundo las violaciones de la libertad religiosa son generalizadas y están aumentando”.
De hecho, la creación de la oficina fue prometida por este partido, de corte conservador, en campaña electoral, inspirada en parte por el asesinato en 2011 en Pakistán del ministro del gabinete Shabhaz Bhatti, abiertamente cristiano, que era popular sobre todo entre los cristianos evangélicos. Bhatti fue acusado de blasfemia por extremistas islámicos.
Harper señaló la persecución de minorías en Irán, Pakistán e incluso China, un importante socio comercial de Canadá. “En China, los cristianos que practican su religión fuera de los límites aprobados por el gobierno están en la clandestinidad, y sus dirigentes son detenidos y encarcelados, mientras que los musulmanes uigures, los budistas tibetanos y los practicantes de Falun Gong son objeto de represión e intimidación”, dijo Harper.
“A la vista de estas injusticias y atrocidades, Canadá no estará en silencio”, advirtió el primer minsitro.
CONTROVERSIA PARA SU FUNDACIÓN
La Oficina de Libertad Religiosa, que sigue el modelo de la Comisión sobre Libertad Religiosa Internacional creada por Estados Unidos durante la presidencia de Bill Clinton, ha sido controvertida.
El ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, John Baird, mantuvo durante 2011 reuniones a puerta cerrada con líderes religiosos del país, en su mayoría cristianos, como parte del proceso consultivo para la creación del departamento.
A la vez que el Gobierno de Stephen Harper planeaba la creación de la Oficina de Libertad Religiosa, que tendrá un presupuesto inicial de cinco millones de dólares canadienses al año (4,9 millones de dólares al año), Ottawa eliminó la organización Derechos y Democracia que apoyaba grupos democráticos por todo el mundo.
BENNET, CATÓLICO E INTELECTUAL
Andrew Bennett, que será el responsable de la Oficina de Libertad Religiosa, dijo estar ansioso por comenzar su función en pro de la libertad religiosa en el mundo.
Bennett es católico y decano del Colegio Agustino de Ottawa, una universidad cristiana, que ostenta un doctorado en política por la Universidad de Edimburgo. Su tesis doctoral compara los movimientos nacionalistas de Québec, Cataluña y Escocia.
Sobre su función, Bennet aclaró que “se trata de crear conciencia sobre la necesidad de libertad religiosa en el extranjero. Estaré en contacto con las diferentes comunidades de canadienses en el extranjero, en países en los que la libertad religiosa no se respeta”.
“Mi papel no es involucrarme en todos los aspectos de la política exterior canadiense, sino promover la libertad religiosa.. No se trata de un problema teológico, sino de un problema humano”, añadió.
Harper dijo que “Bennett es un hombre de principios y profundas convicciones y animará la protección de las minorías religiosas en todo el mundo para que puedan practicar su fe sin miedo a la violencia y la represión”.
Harper también señaló que el hecho de que el anuncio de la creación de la oficina se realizara en una mezquita de Toronto es prueba de que el objetivo es “promover la tolerancia religiosa en todo el mundo”.
Algunos críticos han acusado a la oficina de estar creada para sólo defender los derechos de las minorías cristianas en todo el mundo. Por ello, Harper aclaró que la oficina de Bennett
defenderá tanto los derechos de los creyentes como a las personas ateas o agnósticas frente a la persecución religiosa.
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