El 27 de enero se eligió especialmente como fecha de recuerdo del Holocausto debido a que hace exactamente 68 años el ejército soviético consiguió liberar el mayor campo de concentración y de exterminio nazi de Auschwitz.
Según palabras de Ban Ki-Moon, Secretario General de las Naciones Unidas, el propósito de este día es el de “hacer algo más que recordar y velar por que las nuevas generaciones conozcan esa parte de la historia, más bien, aplicar las lecciones del Holocausto al mundo actual y hacer cuanto podamos para que todos los pueblos gocen de la protección y de los derechos por los cuales luchan las Naciones Unidas”.
“Rescates durante el Holocausto: La valentía de preocuparse” es el tema escogido para este año. Todas las actividades preparadas para este día – exposiciones, actividades educativas, la ceremonia de conmemoración, películas-
girarán en torno a este tema, reconociendo a todos aquellos que arriesgaron sus propias vidas para salvar a decenas de miles de judíos, gitanos y otros pueblos de la muerte durante el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde el martes 22, hasta el final de esta semana, se han realizado diferentes eventos y actividades cuya intención es destacar el coraje y la valentía de aquellos actos de rescate que salvaron tantas vidas y sobre todo, provocar una reflexión sobre nuestra capacidad para convertir nuestra compasión hacia los demás en acciones decisivas y heroicas en tiempos de necesidad.
OSKAR SCHINDLER
En 1982, se publicó “El arca de Schindler”, una novela que dio a conocer al mundo entero a
Oskar Schindler, un empresario alemán con gran poder económico que salvó a cientos de judíos de una muerte segura en las cámaras de gas creadas por los nazis.
Oskar Schindler fue un habilidoso hombre de negocios que tenía una facilidad innata para hacer contactos y acuerdos entre personas situadas en altos cargos y pronto pudo hacerse un hueco en la alta sociedad alemana. Gracias a esto, pudo abrir una fábrica durante la Segunda Guerra Mundial cuyos trabajadores eran judíos.
En aquella época los judíos vivían amenazados, al borde de la muerte y se encontraban en los campos de concentración controlados por los nazis. Aquellos que tuvieron la suerte de trabajar con Schindler, trabajaban durante el día en la fábrica y por la noche volvía en tren a los campos de concentración.
En un principio, parece ser que la intención de Oskar al contratarlos para su negocio era únicamente económica, debido a que la mano de obra de estos resultaba ser mucho más barata. Sin embargo, el trato diario con ellos hizo que aquella fábrica se convirtiera, más que en un lugar de trabajo, en un refugio para salvar la vida de muchos. El propio Schindler fue testigo de los horrores y desgracias que los nazis cometían contra los judíos, lo que provocó que se determinara firmemente por sacar de aquel inferno a cuantos más judíos, poniendo en riesgo su propia vida.
Tal fue su cambio de mentalidad, que Schindler, perteneciente al Partido Nazi, pasó a negociar con el coronel Goeth, pagando cierta cantidad de dinero por cada judío y con la ayuda de Itzhak Stern, un magnífico contable judío, elaboraron una lista con cada uno de los nombres de los hombres, mujeres y niños que lograron escapar de las garras de la muerte.
El magnate de los negocios prácticamente llegó a la bancarrota debido a que su intención última era la de mantener a cuantos más judíos posibles con vida más que sacar beneficios con la fábrica.
Pese a que al principio en la fábrica elaboraban utensilios de cocina, después empezaron a crear artefactos para la guerra, pero el propio Schindler dio órdenes para que algunas de las balas que fabricaran tuvieran defectos de fabricación.
En un descubrimiento reciente, se ha encontrado que la lista se componía de 13 páginas con los nombres y nacionalidades de 801 personas.
Se cree que en total Schindler salvó alrededor de 1100 personas.
LEON LEYSON, EL ÚLTIMO DE LA LISTA
La semana pasada, los medios de comunicación anunciaban que tras cuatro años luchando contra el cáncer,
Leon Leyson, el último superviviente de la lista de Schindler moría a sus 83 años de edad.
Leyson tenía sólo 13 años cuando Schindler le agregó a su lista, salvándolo de una muerte segura. Leyson era tan joven que Schindler solía llamarlo “el pequeño Leyson”, y es que tenía que subirse a un taburete para poder manejar la maquinaria de la fábrica en la que se le declaró “trabajador útil para la guerra” para poder salvar su vida.
Después de lo vivido, solía negarse a hablar de su experiencia, pero la película de Spielberg hizo que sacara su historia a la luz, convirtiéndose en una de las voces más activas a la hora de recordar lo sucedido. Vivió la mitad de su vida en EEUU y durante 39 años ejerció como profesor en Los Ángeles.
LA LISTA DE SCHINDLER, LA PELÍCULA
El director Steven Spielberg comenzó a plantearse rodar una película basada en el libro “El arca de Schindler” allá por el año 1982, cuando se publicó.Sin embargo,
no sería hasta 1993 cuando el director americano comenzaría a grabar una película que le valió siete oscars, entre ellos el de mejor película: “Tardé diez años en desarrollar la madurez necesaria para decir: Ya estoy listo para rodar la Lista de Schindler.”
Este largo periodo resultó ser beneficioso para la película, ya que Spielberg trabajó de forma exhaustiva cada detalle del film y conocer muy bien a cada uno de los personajes. Liam Neeson, el actor que encarnó a Schindler en la película dijo: “Steven Spielberg es Oskar Schindler, Itzhank Stern, Amon Goeth y todos los supervivientes judíos”.
El film se rodó en Cracovia, una ciudad polaca que fue declarada patrimonio cultural de la humanidad. Además, la producción de la película utilizó muchos de los lugares originales, incluyendo la antigua fábrica en la que Schindler daba trabajo a los judíos y el lujoso apartamento en el que residía.
Fue
filmada en blanco y negro y con cámara en mano, para dar la sensación de un estilo documental a la película, más realista: “Prácticamente todo lo que he visto sobre el Holocausto es en blanco y negro. Mi visión del Holocausto es lo que he podido ver en documentales y libros: en general en imágenes sin color”, explicaba el director.
“Nadie puede hacer nada para arreglar el pasado. Ya ha ocurrido. Sin embargo, una película como ésta puede impactarnos y lanzar un mensaje sobre lo que nunca debe volver a ocurrir”
Al final del rodaje, Spielberg
creó la “Survivors of the Shoa Visual History Foundation”, una organización destinada a recoger en vídeo los testimonios de los supervivientes del Holocausto. Esta organización ha conseguido recopilar miles de testimonios rodados en 56 países diferentes y en 32 lenguas distintas.
EL CRISTIANISMO Y LA IDEOLOGÍA NAZI
@MULT#IZQ#56786@Aún
existe mucha controversia a la hora de tratar el tema de cuáles fueron las posturas que adoptaron los cristianos alemanes frente al nazismo.Lo cierto es que tanto católicos como protestantes apoyaron a Hitler durante su mandato, y es que muchos consideraban el nazismo un movimiento cristiano. Es más, los propios soldados nazis llevaban hebillas en las que se leía “Dios es con nosotros”.
Karl Barth, un importante teólogo suizo que se vio obligado a abandonar Alemania debido a que se negó a prestar juramento a Hitler, afirmó: ”La Iglesia evangélica casi unánimemente dio la bienvenida al régimen de Hitler, con auténtica confianza, incluso con las más altas esperanzas".
@MULT#DER#56790@El propio
Barth estuvo firmemente en contra de asociaciones cristianas como la “Deutsche Christen”, un grupo de presión cuyo objetivo era el de alinear el protestantismo alemán con los principios nazis.
El símbolo de los “Deutsche Christen”- en español traducido como “Cristianos Alemanes”- era una cruz con una esvástica en el centro y las iniciales “D” y “C”. Para fomentar el sentimiento antisemita entre los cristianos en Alemania, solían afirmar continuamente que los judíos habían sido los culpables de haber matado a Cristo.
Sin embargo, pese a que la mayoría cristiana apoyó al régimen, fueron varios los que se levantaron en contra de Hitler.
@MULT#IZQ#56788@Este es el ejemplo del
pastor Dietrich Bonhoeffer que luchó contra el nazismo conjuntamente con el ya mencionado Barth , el pastor luterano
Martin Niemöller y otros opositores a Hitler, creando la
“Iglesia Confesante”, que se oponía a las políticas antisemitas del régimen nazi.
Bonhoeffer fue arrestado y permaneció en distintas cárceles alemanas y varios campos de concentración durante dos años, hasta que el 9 de abril de 1945 fue asesinado en la horca. Según un testigo, sus últimas palabras fueron: “Este es el fin, para mí el principio de la vida”.
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