Todo empezó con un mensaje de celular enviado el martes 18 de diciembre a un grupo de pastores evangélicos: “Buenas tardes: orar fuertemente. Hermanos de Pahuatlán con críticos problemas de intolerancia religiosa. Más de 20 amarrados”. Así, fue como se supo de un nuevo conflicto entre evangélicos y católicos en la sierra de Hidalgo.
El problema comenzó el lunes de la pasada semana, cuando la asamblea de Pahuatlán, a unos 15 minutos de Huejutla, enclavado en el corazón de la sierra hidalguense, convocó a los 38 líderes evangélicos locales para que pagaran su contribución de 16 mil pesos, pactada en abril, para fiestas patronales y obras públicas. Los protestantes se negaron porque no querían abonar la parte correspondiente a las festividades católicas regionales.
“No por ser evangélicos tenemos menos derechos, no podemos pagar para (actividades religiosas de) una iglesia diferente”, dijo Cruz Hernández, pastor evangélico.
“Nosotros somos evangélicos, entonces la ley nos ampara para no pagar por cosas que no son de nuestra religión”, contó Celestino Hernández, pastor de la Iglesia Bautista Emmanuel. “Les dijimos que no íbamos a pagar y la gente se alborotó y dijo ‘!A la cárcel!”.
Estuvieron presos hasta el martes. Los católicos aumentaron la presión amenazándoles y maltratándoles. “Entonces, los citadores nos tomaron por la espalda y nos amarraron los brazos con un lazo” relató Celestino. Según su versión, los 38 fueron amarrados a las 12 columnas que hay en la cancha deportiva ubicada a la entrada de la comunidad. “Los hermanos estaban amarrados bien apretados, a uno se le abría la mano. No les dieron de comer, eso no era algo de Dios”, contó entre lágrimas Antonia, una de las evangélicas.
UNOS EXPULSADOS, OTROS HUYENDO
Los evangélicos no cedieron, por lo que fueron expulsados el miércoles por la noche. Sus familias, temerosas de alguna represalia, salieron de la comunidad y se dirigieron al Templo de Huejutla, donde sus hermanos en la fe les ofrecieron alimentos y camas. Eran entre 165 y 250 en total, entre los que había unos 20 ancianos, más de 60 niños (algunos, con menos de un año de edad) y una embarazada.
“Hermanos: Dios es nuestro amparo en la tribulación, es quien nos salva de la tempestad”, rezó el pastor Celestino al iniciar el acto de culto dentro del templo. Después, algunos con los brazos en alto, los fieles oraron el Padre Nuestro.
ACUERDO PARA SU VUELTA
El viernes al mediodía el secretario del Ayuntamiento, Francisco Apellaniz Gandy, convocó a líderes de ambas religiones para llegar a acuerdos. En entrevista previa, quiso presentar la situación como ajena al hecho religioso, para evitar la acusación de intolerancia y persecución religiosa, y justificó que las autoridades no hayan impedido la expulsión.
“Aquí tenemos un conflicto social, de usos y costumbres y es muy difícil cambiarlos. Los evangélicos no quisieron cumplir con un acuerdo firmado para pagar su parte para trabajos en la comunidad. Aparte, se empezó a manosear esto por parte de gente ajena a la comunidad que les dijo a los evangélicos que no pagaran”, aseguró el funcionario.
“En estos conflictos medimos la situación y vimos que, si hubiéramos usado la fuerza pública, se hubieran tenido problemas más difíciles, hubiera pasado a mayores”, añadió.
El acuerdo realizado en Pahuatlán (en el que participaron el apoderado legal de la Iglesia Bautista Emanuel, Isaac Bermúdez García; el director de Asuntos Religiosos de la Subsecretaría de Gobierno, Antonio Vital Pérez así como Apellaniz Gandy) amparado en los “usos y costumbres”, consistió en que los evangélicos pagarían la cantidad exigida para las obras comunitarias (no para las fiestas patronales) y, los católicos se limitaron a prometer que no tomarían represalias.
Con este anuncio, la comunidad evangélica se dio por satisfecha y empezó el retorno a sus casas en Pahuatlán. Y por celular, esta vez, se enviaron otros mensajes: “La gloria y la honra para nuestro padre Dios. Nuestros hermanos ya están de regreso”.
Pueden ver aquí un videoreportaje sobre lo ocurrido en Pahuatlán, con declaraciones de los indígenas evangélicos.
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