El pastor de Pahuatlán, Celestino Hernández Cruz, junto al apoderado legal Rosalio García, han informado de la situación de persecución religiosa que los evangélicos de esta comunidad del Estado de Hidalgo (México) están sufriendo en los últimos meses, presión que se ha recrudecido esta semana con el encierro de 52 personas y la posterior expulsión de sus hogares.
CRÓNICA DE UNA PERSECUCIÓN
El día 17 de diciembre de 2012 se llevó a cabo la Asamblea para el nombramiento de nuevos delegados de la comunidad, de mayoría católica. La Asamblea volvió a enfatizar que no reconoce el derecho a la práctica de otra religión que no sea la católica. Este acuerdo va en contra de lo firmado ante el Estado y el Municipio en los que la comunidad se comprometía a respetar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que establece que una persona “No puede ser obligado a prestar servicios personales ni a contribuir con dinero o en especie al sostenimiento de una asociación, iglesia o cualquier otra agrupación religiosa, ni a participar o contribuir de la misma manera en ritos, ceremonias, festividades, servicios o actos de culto religioso.”
La Asamblea instigada por los catequistas católicos y con la anuencia de su párroco, exigen que los evangélicos deben seguir cooperando para las fiestas patronales y participar en ellas. Para evitar que los evangélicos notificaran a las autoridades, la asamblea envió a gentes para vigilarlos y no permitir que salieran de la comunidad.
Fue posible enviar el aviso a su apoderado Legal (Rosalio García), quien a su vez solicitó la intervención de las autoridades Municipales y representantes Estatales para evitar actos violentos en contra de los Pastores y Evangélicos del lugar, ya que en estos casos “cuando la gente está reunida, nunca falta alguien que exalte los ánimos y se den golpes, expulsión de niños de las escuelas y llegar a privar ilegalmente de la libertad de las personas en las cárceles comunales” informan.
ENCARCELADOS
Al mediodía se procedió al encarcelamiento de los evangélicos que se presentaron a la Asamblea, al negarse a firmar un compromiso de que son ilegales ante la ley. Los que estaban en sus casas intentaron huir, lográndolo solamente algunos, y fueron encarcelados un número aproximado de 52 personas entre las que se encontraba el pastor principal Celestino Hernández Cruz, un líder Pablo Hernández y otros más. Entre el grupo de encarcelados había también varios adolescentes.
Los evangélicos
permanecieron encarcelados durante todo ese día y el siguiente, 18 de diciembre, sin recibir agua ni alimentos; sin que las autoridades Municipales y Estatales interviniesen. De hecho, los pastores denuncian que “el Lic. Antonio Bital, quien debería de intervenir en este asunto, no responde a su teléfono móvil después que fue notificado del problema”.
Así, se solicitó a continuación la intervención de la Federación y por conducto de la Lic. Mandujano se exhortó al Alcalde de Huejutla para que enviase a las fuerzas de orden público y rescatase a los evangélicos. En este momento, los evangélicos denunciaron que habían “comenzado la tortura física:
sacaron al campo principal de Pahuatlán a los evangélicos amarrados y golpeados, colgaron de los brazos al pastor principal y amenazan con ahorcarlo si no se compromete a hacer lo que la asamblea quiera; los habitantes están rodeando el lugar para evitar que se acerque cualquier autoridad, las mujeres y niños que son familiares de los que están amarrados, no los dejan salir de la comunidad. Quien está al frente de la tortura, es el delegado segundo de Pahuatlán (se desconoce su nombre por el momento)”.
La Iglesia Bautista Emmanuel ha estado luchando con intolerancia religiosa todo el año, ya que
durante el año han sido encarcelados sus líderes en varias ocasiones por no querer pagar cuotas o participar en las fiestas patronales.
LIBRES... PERO EXPULSADOS
Hacia la tarde del día 18 de diciembre, más de 24 horas después de su encarcelamiento,
los evangélicos fueron liberados y junto a los demás que estaban en la comunidad, fueron expulsados de sus casas en la comunidad de Pahuatlán. Aunque estuvieron en la calle, esperando por la intervención de las autoridades, éstas no hicieron acto de presencia.
Dada la situación,
se trasladaron a la población de Huejutla en donde les dieron albergue en un Templo Cristiano Evangélico, donde tuvieron techo y comida que tanto les hacía falta. Mientras, siguen las amenazas de los católicos de destruir el templo y las casas de los hermanos. Están esperando que las autoridades puedan intervenir en este caso ya que hasta el momento no se ha visto mucha intención de ello y esperaban una respuesta positiva tras entrevistarse con el Lic. Antonio Bital, quien tiene la responsabilidad de atender esta problemática como parte de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos del Estado de Hidalgo.
OTRO CASO
En el caso de
Puentes, Municipio de Huautla, Hidalgo, no se tiene información más reciente aparte del documento que hicieron llegar en donde
la Comunidad multó a una pareja evangélica que realizó la boda en su domicilio, con una cantidad de 15,000.00 pesos. En caso de no pagarla, les amenazan de quitarles sus derechos en la comunidad, quitarles los servicios a su domicilio y expulsarlos de la misma.
Según informan los pastores, "es importante considerar que en estos casos es difícil el proceso de atención debido a que las autoridades no han mostrado interés en el problema considerando además, que
los problemas comenzaron a surgir a principios de año por la misma presión de los católicos para que los evangélicos cooperen y participen en las actividades religiosas, todo esto encabezado por los catequistas católicos quienes a su vez manifiestan que son instrucciones del sacerdote católico responsable de la región".
El documento de la asamblea, del 5 de noviembre, advierte que “hemos establecido que no admitimos ningún culto ni servicio religioso de alguna denominación religiosa mestiza, que atenten contra nuestra cultura y tradiciones religiosas (…). No admitimos ninguna denominación religiosa que no fuera la católica”.
Desde la comunidad evangélica esperan que la difusión de esta situación, notificada a los medios de comunicación del país, sirva para que se reestablezca“el Estado de Derecho sin distingo de raza, religión, sexo, filiación política ni ninguna otra forma de intolerancia o discriminación, tanto en el Estado de Hidalgo, como en los demás Estados de la República Mexicana en donde se tiene esta práctica de intolerancia religiosa escondida atrás de los "usos y costumbres" mismos que se les ha dado por llamar "abusos y costumbres" que nada tienen que ver con la Cultura Autóctona la cual merece el reconocimiento”.
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