Según el sociólogo Fortunato Mallimac existen una serie de conceptos cuando se habla de religiones en Argentina, y destaca tres prejuicios falsos: que la gran mayoría de los argentinos son católicos practicantes; que no hay personas indiferentes a lo religioso y que la mayoría de los universitarios son agnósticos o ateos.
Frente a estos mitos Mallimaci, doctor en sociología e investigador principal del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) en el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL), se propuso llevar a cabo un estudio nacional que dé cuenta de las identidades, prácticas y tradiciones religiosas presentes hoy en el país. Así, en 2008 junto a su equipo elaboró e inició la Primera Encuesta Sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina.
“Nos encontramos con que ciertas nociones que teníamos acerca de la religiosidad de los argentinos no siempre se cumplían. Por ejemplo,
casi el 25 por ciento de las personas que viven en nuestro país no se dicen católicas”, señala Mallimaci.
Los datos señalan una preeminencia de la cultura cristiana en nuestro país: el 76,5 por ciento de los entrevistados se declaran católicos. Las personas que
se declaran indiferentes en cuanto a la religión alcanzan el 11,3 por ciento, mientras que los evangélicos son el 9 por ciento de la población.
Para sorpresa de los académicos, los universitarios son en un 78,1 por ciento creyentes y sólo el 17,4 por ciento son indiferentes. Una tendencia similar se observa entre quienes carecen de estudios o sólo completaron la primaria, aunque en estos últimos grupos destaca que hay casi la misma cantidad de indiferentes que de evangélicos.
DIFERENCIAS REGIONALES
Sin embargo, Mallimaci introduce un matiz esencial al momento de analizar el campo religioso: “No es lo mismo hablar del catolicismo en el Norte del país que en el Centro o el Sur,
hay que tener en cuenta que las creencias toman características diferentes en cada región”, explica.
De hecho, las distintas creencias incluso se distribuyen desigualmente a lo largo y ancho del país. De acuerdo con la encuesta,
el Noroeste argentino es la región más católica, con 91,7 por ciento de habitantes que profesan esa fe,
mientras que en el sur argentino el 21,6 por ciento de la población es evangélica, la mayor concentración a nivel nacional.
En cuanto a Capital Federal y Gran Buenos Aires, los datos señalan que el 69,1 por ciento de los habitantes son católicos, aunque también es la región donde hay más indiferentes religiosos: el 18 por ciento de los metropolitanos no adhiere a ninguna creencia.
DIFERENCIA ENTRE TEORÍA Y PRÁCTICA
Mallimaci destaca que uno de los cambios culturales más fuertes observados fue la presencia de una distancia entre las normas que emergen de la institución religiosa y las prácticas, identidades y sociabilidades de la mayoría de los creyentes católicos.
Las iglesias evangélicas no viven esta situación a la inversa, ya que
del 23,8 que asiste de manera muy frecuente a ceremonias, el 60 por ciento es evangélico.
Además
existe en general un divorcio entre fe e instituciones. Según la encuesta, del total de quienes creen en Dios el 61,1 por ciento dice relacionarse por su propia cuenta y sólo el 23,1 lo hace a través de una institución eclesial. De hecho, el 76 por ciento de los argentinos afirma que concurre poco o nunca a los lugares de culto. Actualmente las principales prácticas religiosas de los cristianos argentinos son la oración (o rezar) en casa y leer la Biblia.
Flores explica que
a pesar de esta diversidad de prácticas, la iglesia católica aún tiene gran peso social, de modo que las personas pueden no coincidir a nivel personal con las ideas o dogmas de la institución católica, pero sin embargo se presentan como católicos a frente a la sociedad. “Es el caso de las personas que dicen ‘soy católico pero no practicante’”, ejemplifica.
CONCLUSIONES
Ambos especialistas coinciden en que esta multiplicidad de prácticas e identidades religiosas es vivida por el país sin contradicción ni conflicto.
Mallimaci y equipo concluyen que la sociedad argentina está frente a complejos procesos de abandono de la institución religiosa y de creencias individuales. “Creo que vamos camino a un mayor pluralismo de religiones, y no a una disminución”, dice.
Tanto Flores, desde la geografía de las religiones, como Mallimaci desde la sociología, destacan que la importancia de este estudio reside en que “además de visibilizar la importancia que tiene lo religioso en nuestra sociedad, también nos permite mostrar que es un tema que se puede estudiar y debatir”.
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