El curso escolar comenzó en todo México el 20 de agosto pero 270 menores no saben cuándo podrán ir a clase porque los fanáticos ultracatólicos de la comunidad donde viven, Nueva Jerusalén, destruyeron y quemaron las escuelas laicas en julio y ahora han bloqueado incluso a golpes toda alternativa de educación fuera de la suya (que se limita a leer y escribir rezos y cánticos). El despliegue de 200 policías en los alrededores del pueblo solo ha logrado calmar temporalmente los ánimos pero, de momento, ni hay clases, ni hay detenidos por los actos vandálicos contra el colegio público. Sólo hay tensión, incertidumbre y miedo.
La pugna por la educación ha sido el último capítulo de años de enfrentamientos de distinta intensidad en esta comunidad ultrarreligiosa de 4.000 vecinos, donde un millar más moderado se ha rebelado contra la intransigencia del resto.
La vida en esta comunidad, donde casi todo está prohibido -desde que las mujeres lleven pantalones, maquillaje o la cabeza descubierta, hasta montar en bicicleta, ver la tele, jugar al fútbol, el alcohol y hasta los noviazgos o leer la prensa- está marcada por dos cosas: los rezos continuos que salen de la iglesia e invaden el lugar 24 horas al día (los fieles se van turnando en los cánticos); y por las penitencias para garantizar la 'salvación' de la comunidad. "Cuando nos lo dicen, recorremos de rodillas el pueblo o lo que manden para que lo malo no nos llegue –dice una anciana- ¿Dónde vamos a estar en paz, con tantas cosas que pasan allá fuera?".
HISTORIA DE UN INTEGRISMO ANUNCIADO
Relata el periodista e historiador mexicano Carlos Martínez García en un artículo en Protestante Digital que la comunidad Nueva Jerusalén, municipio de Turicato (30.000 habitantes), Michoacán , existe desde 1973 con un gobierno en que se articula lo religioso con lo político.
“El fundador del lugar, autollamado Papá Nabor, le imprimió un cariz integrista a la Nueva Jerusalén. Su catolicismo tradicionalista, que inclusive desconoció la jurisdicción del obispo católico romano, le llevó a construir un espacio regido por él, donde quedaron excluidas todo tipo de instituciones del Estado. Nabor decía que él solamente estaba poniendo en práctica las revelaciones dadas por la virgen del Rosario a través de la vidente Gabina Sánchez, conocida como Mamá Salomé”.
Paulatinamente se fue gestando un grupo que dejó de compartir la cerrazón de Nabor, la vidente en turno y sus incondicionales, sobre todo a partir de la muerte de aquel en el 2008.
Los inconformes con el aislamiento total del mundo se organizaron para construir una escuela primaria en la que se impartieran clases por parte de docentes del sistema de educación pública. Es decir, acordaron que en el plantel se diese educación laica y gratuita.
Pero esto no es del gusto del actual patriarca del poblado es Antonio Lara, que se hace llamar San Martín de Tours, y su vidente que es Rosa Gómez Gómez. Ella es quien dice que la virgen del Rosario le ordena derribar la escuela, lo que un piquete de obedientes a los designios celestiales llevó a cabo en julio de este año. Con el inicio del reciente año escolar, hace una semana, los disidentes pretendieron comenzar clases para sus niños y niñas en una casa habilitada para tal propósito pero San Martín de Tours ordenó bloquear la entrada al lugar para impedir a los docentes cumplir su tarea.
PASIVIDAD DEL ESTADO
El gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa, hizo llamados para que se respete el derecho a la educación y exhortó para que prevalezca la tolerancia. Ni una palabra sobre los múltiples delitos cometidos por San Martín de Tours y sus huestes. En la Nueva Jerusalén, así lo han denunciado algunas víctimas, además de prohibirse la existencia de una escuela en la que el contenido pedagógico sea distinto al integrismo de los seudo profetas, los sucesivos patriarcas y sus muy cercanos son señalados de abusos sexuales y disciplinas crueles contra quienes se revelan a su gobierno tiránico. Mientras todo ello ha sucedido el Estado mira para otro lado. Pasa lo que dijo Carlos Monsiváis, “en México el Estado es laico, pero distraído”.
La situación en este pueblo "es crítica pero el gobierno del Estado de Michoacán está indeciso, no sabemos si intervenir", ha asegurado el alcalde de Turícato, Salvador Barrera Medrano, del partido izquierdista PRD. "Es peligroso porque estamos plenamente convencidos de que tienen armas de fuego pero no operar generará otro tipo de problemas porque hay violaciones a la ley que son intolerables".
Según denuncia, su ayuntamiento ha pedido ayuda al gobierno de Michoacán pero de momento no hay respuesta para diseñar una “intervención” que "haga valer el Estado de derecho aunque para ello haya que demoler muros y detener a fugitivos", tanto los que derrumbaron las escuelas como los que, "se han ido refugiando en el pueblo durante años".
Mientras tanto,
los padres arrinconados critican al Gobierno por dejarse doblegar por la voluntad divina de los integristas. “No podemos permitir que una secta religiosa se ponga por encima del Estado”, reflexionaba un portavoz de los padres, Emiliano Juárez Damián, en un granero acondicionado como oficina.
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