Los cristianos están sufriendo una persecución sin precedentes en el mundo islámico a causa de sus creencias. Lo cuenta Ayaan Hirsi Ali, que recibió recientemente el premio alemán de periodismo Axel Springer, en la revista norteamericana Newsweek.
Ayaan Hirsi Ali es una feminista y política holandesa que ocupó un escaño en el parlamento holandés del 2003 al 2006. Su crítica del Islam, religión que profesó en su juventud, la puso en el punto de mira de grupos terroristas y, como consecuencia de las amenazas de muerte recibidas, decidió emigrar y vivir fuera de Holanda.
En el artículo,
Ali cuestiona la “visión positiva” que se da del mundo islámico en Occidente. Pone de ejemplo la cobertura realizada por los medios durante la primavera árabe, que finalmente ha alzado a grupos radicales a posiciones de poder en países como Egipto.
“Los cristianos están siendo asesinados en el mundo islámico a causa de su religión. Se trata de un genocidio al alza que debería provocar una alarma mundial”, expresa contundente. Para Ali
hay una clara “persecución” a los cristianos en los países de mayoría musulmana que ni siquiera están respetando a sus compatriotas cristianos con un arraigo histórico.
EL SILENCIO MEDIÁTICO
Para Ali, este asunto se encuentra “silenciado” en los medios de comunicación occidentales por diversos motivos. Primero señala que
hay “miedo” en los medios ante las represalias violentas o a que los mismos periodistas se transformen en un objetivo de grupos islámicos violentos.
Además,
Ali denuncia la existencia de grupos de presión como la Organización de Cooperación Islámica, que describe como “una especie de Naciones Unidas del Islam centrada en Arabia Saudita”. La activista dice que estas organizaciones han conseguido tener un gran peso en la denuncia actual de “islamofobia”, cuando ésta “en realidad palidece ante la cristofobia sangrienta que actualmente se vive en países de mayoría musulmana desde un extremo del mundo al otro”.
CASOS EN TODO EL MUNDO
El reportaje se fija en los
últimos ataques producidos a cristianos en
Nigeria por Boko Haram, la
persecución manifiesta en Sudán que ha provocado la huída de miles de cristianos, o la diáspora de cristianos que vive Egipto actualmente por el
aumento de poder de grupos islamistas que amenazan con aplicar la 'sharia'.
Mencionan además la
creciente violencia terrorista hacia iglesias en Irak, donde han muerto unos 900 cristianos y 70 iglesias han sido quemadas; los casos de “blasfemia” en Pakistán que han llevado a cristianos a la cárcel
(como el caso de Asia Bibi). Ni siquiera
Indonesia “que a menudo se promociona como el más tolerante del mundo, democrático y moderno de mayoría musulmana” se salva: según el Christian Post, el número de incidentes violentos cometidos contra las minorías religiosas (y en un 7 por ciento de la población, los cristianos son minoría más grande del país) se incrementaron en casi un 40 por ciento, desde 198 hasta 276, entre 2010 y 2011.
ODIO RELIGIOSO
Para la autora del artículo,
esta violencia no coordinada es una “expresión espontánea de animadversión anticristiana por parte de musulmanes que trasciende culturas, regiones y grupos étnicos”.
Ante esta constatación, Hirsi Ali expone
la necesidad de que los gobiernos occidentales “actúen protegiendo” no sólo a las minorías musulmanas en sus países, sino también exigiendo la libertad de conciencia y expresión en todo el mundo. Además de la presión diplomática, entiende que es necesaria
una presión “económica” en los lugares donde hay evidencia de esta persecución. “Tomemos una posición real frente a la cristofobia que infecta el mundo musulmán”, concluye.
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