Con sólo 33 años y mucha carrera por delante,
Gerry Bubba Watson ya tiene un lugar en la historia del golf gracias a su victoria en el Masters de Augusta, un torneo emocionante que culminó con las lágrimas del ganador, un tipo emocional, alegre y extrovertido, conocido en este deporte por su manifiesta fe como cristiano protestante. De hecho recordó que consiguió la victoria “el mismo día que Jesús resucitó”.
No fue excepcional, por tanto, su dedicatoria tras recibir el galardón de los premiados, la chaqueta verde.
“Me gustaría primero dar gracias a Jesucristo, mi Señor y Salvador. Nunca soñé con llegar tan lejos, por eso no es un sueño hecho realidad. Es una bendición. Volver a casa junto a mi hijo será muy divertido”, dijo ante los aplausos de los presentes.
Watson también mostró su fe en su cuenta en Twitter, donde se mantuvo muy activo durante el torneo. Tras agradecer el apoyo a sus seguidores, compartió el versículo de 1ª Tesalonicenses 5:16-18: “Regocijaos siempre, orad sin cesar, dad gracias a Dios en toda circunstancia; porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús. ¡A Dios sea la Gloria!”.
LA PANTERA ROSA
Para Watson, la fe es algo más que un apoyo puntual: forma parte de su vida de una forma manifiesta para un deportista que ha tenido que atravesar diversos problemas familiares en los últimos años.
Su padre falleció en 2010 a causa de un cáncer. Poco después conocería que su mujer Angie era estéril.
Watson y familia siguieron adelante, confiando en Dios, y hace unos meses adoptaron a su primer hijo, un bebé de nombre Caleb.
Algo que destaca de la presencia de Watson en los campos es su vestimenta, con detalles de color rosa. Considerando su potencia de lanzamiento, uno de los más poderosos del circuito, bien le ha valido el apodo de “pantera rosa”. Pero el color tiene una razón que va más allá de la estética.
La razón de la vestimenta de Bubba Watson no es otra que la de recaudar fondos junto a la marca de ropa deportiva Travis Mathew para la fundación 'Fresh Start'. El importe de venta de cada una de las prendas que Watson ha vestido esta semana se dirigirá a las diferentes intervenciones quirúrgicas en niños con problemas físicos.
Además, después de vender 100 lotes del mismo polo y el mismo cinturón que ha usado Watson, Travis Mathew donará otros 50.000 dólares a la fundación californiana City of Hope, centrada en la investigación sobre el cáncer.
Fue precisamente el cáncer lo que se llevó a Gerry, padre de Bubba, a finales de 2010 y, por eso, Gerry, hijo, apodado Bubba, alcanzó un acuerdo con su proveedor de palos -PING- por el que usaría una varilla y una cabeza rosa y la empresa destinaría 300 dólares por cada uno de los drives de 300 yardas (275 metros) o más que el jugador de Florida golpease a lo largo de la temporada.
EMOCIONANTE FINAL
En Augusta, Watson tuvo que superar varios obstáculos para ganar. Principalmente el gran nivel de su rival en el play-off final, un Louis Oosthuizen que felicitó a su rival. “No se le ha regalado nada; he jugado a buen nivel, pero Watson ha sido mejor”, reconoció el sudafricano.
El duelo llegó a su momento álgido cuando un mal golpe de Watson dejó su bola entre árboles y en la tierra. El zurdo Bubba consiguió entonces un gran golpe con efecto que le puso en el green y el Masters en bandeja tras un error de Oosthuizen.
Con dos putts sencillos, Bubba Watson se convirtió en el tercer zurdo que gana en Augusta desde 2003 tras Mike Weir y Phil Mickelson. Watson entonces lloró, primero junto a su caddy, luego abrazando a su mujer, para finalmente proclamar su agradecimiento a Dios.
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