En Estados Unidos cualquier persona de a pie sabe quién es “Linsanity”. El término se refiere a un jugador de la NBA, Jeremy Lin, que hasta hace poco era un completo desconocido. Ahora incluso el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se reconoce fan suyo. Convertido por los medios en la personalidad deportiva de los últimos meses, Lin explica que ante Dios su 'status' no ha cambiado.
Hace no mucho el gran fenómeno de masas en Estados Unidos era Tim Tebow, de la NFL. Ahora otro deportista ha cogido su relevo: Jemery Lin.
Los
New York Knicks (y la NBA en general) ha encontrado un filón increíble en la historia de este deportista de origen asiático (Taiwan). En enero a Lin no se le conocía. A finales de febrero ha pasado a ser la estrella de un equipo NBA legendario en el que los grandes fichajes a golpe de talonario (Carmelo Anthony y Amar Stoudemire) no habían conseguido lo que él sí ha traído: victorias.
Jeremy Lin estudió Economía en Harvard, una Universidad mucho más prestigiosa por su nivel de estudios que por sus equipos deportivos. Había crecido en un entorno cristiano desde su infancia y ya en su segundo año de Universidad se involucró en un grupo de estudiantes cristianos. Es más, lideró un
grupo de estudio bíblico de la Comunidad Cristiana Asiática-Americana Harvard-Radcliffe.
APARICIÓN INESPERADA EN LA NBA
Durante estos años destacó como deportista y jugó para el equipo universitario. Al acabar los estudios, y tras pasar por la
Development League (una segunda división donde los jugadores buscan una oportunidad para saltar a un equipo NBA), Lin consiguió un contrato de pruebas con los Golden State Warriors y los Houston Rockets. Pero ambos clubes rompieron su relación profesional con el jugador al poco tiempo.
Su tercer intento fue con los New York Knicks. En la ciudad de los rascacielos ocupó un lugar testimonial en el banquillo hasta que en el primer partido del mes de febrero, salió del banquillo para completar unos minutos totalmente inesperados y anotar 25 puntos.
Inmediatamente Lin pasaba a ser titular, y anotaba 28 puntos más en el siguiente partido. El entrenador Mike D’Antoni repentinamente había decidido confiar en el potencial del jugador y le convirtió en el líder del equipo en la pista. El resultado fue ni más ni menos que una racha de 7 partidos ganados consecutivos, para un equipo que había perdido 10 de sus últimos 12 encuentros.
Durante este febrero mágico, Lin siguió haciendo números de superestrella, con un
récord de anotación de 38 puntos antes los mismísimos Lakers. Sus compañeros, muchos de ellos jugadores consagrados,
explicaban su asombro ante el juego de un jugador al que no habían tenido en cuenta hasta el momento.
SÍMBOLO DEL SUEÑO AMERICANO
Más allá de la explosión de sus estadísticas, lo que ha convertido a Jeremy Lin en tema de conversación en Estados Unidos y en el extranjero es su historia de superación. Los medios le han presentado
como un símbolo del “sueño americano”, el que dice que todo es posible si se tiene voluntad para conseguirlo. Su esfuerzo e insistencia, repiten, le han llevado a romper estereotipos: alguien de origen asiático –un grupo étnico creciente en Estados Unidos pero sin apenas presencia en el baloncesto- ha conseguido convertirse en la principal figura de la NBA por unas semanas.
El fenómeno alrededor del jugador, al que en español llaman “CenLincienta”, ha cambiado totalmente la vida del jugador. Los medios le buscan para entrevistas exclusivas, las revistas
Time y Sports Illustrated le han convertido en portada de sus ediciones y las empresas han medido el impacto económico de su nombre en más de 14 millones de dólares.
Según explicaba su representante recientemente, Lin ha recibido ya ofertas de ‘esponsorización’ de decenas de marcas.
En
Asia, el jugador (que nació en Estados Unidos) ha levantado también pasiones, y muchos de sus fans se reúnen para ver sus partidos por satélite. En internet, se pueden ver
vídeos que explican su vida en tono humorístico.
Incluso personajes de la prensa del corazón de Estados Unidos, como
Kim Kardashian, se han interesado por conocerle personalmente y han hecho correr rumores sobre una posible relación romántica con el jugador.
“HE APRENDIDO A DEJAR ESTO EN MANOS DE DIOS”
La respuesta de Jeremy Lin a todo este fervor ha sido ejemplar. Consciente de que su estrellato no durará para siempre, el jugador, de 23 años, explicó en una rueda de prensa:
“Aunque tenga la tentación de aferrarme a mi carrera, he aprendido a dejar esto en manos de Dios, siendo diligente en la oración y en leer la Biblia”.
En su cuenta de Twitter, Lin muestra una imagen de Jesús en su imagen de perfil. Su descripción personal simplemente dice: “Conocerle a Él es querer conocerle más”. Los más de 600.000 seguidores que leen sus mensajes en Twitter ven a menudo sus referencias a su fe.
En Facebook, sus seguidores son casi un millón y medio.
Mientras que los medios le presentan como un héroe que se ha labrado su camino al éxito, el jugador opina de forma diferente: “Es un milagro de Dios”, dice sobre su ascenso fulgurante. Y por ello, quiere mantener los pies en el suelo.
“Esto no puede cambiarme. Sigo reconociendo que soy un pecador, y esto es algo que no cambiará, jugué como juegue en la pista”, añade.
UN LIBRO YA EXPLICA SU TRAYECTORIA
Teniendo en cuenta el impacto de su fe en la esfera pública, la editorial cristiana Zondervan acaba de lanzar
“Linspired”, un libro con el que se quiere explicar la historia detrás del ‘boom’ del jugador. Mike Yorkey, autor de este tipo de biografía, ha dicho en un comunicado que “historias como la de Jeremy Lin no llegan muy a menudo, tampoco lo hacen las oportunidades para compartir esas historias con los lectores hambrientos de aprender más acerca de Jeremy Lin”.
En el libro, el propio jugador reconoce:
“No estoy exactamente seguro de cómo va a salir todo esto, pero sé a ciencia cierta que Dios me ha llamado para estar aquí ahora en la NBA. Y esta es la tarea que me ha dado a mí. Sé que no estaría aquí si no fuera el caso. Pero mirando hacia atrás, sin embargo, ha sido un gran milagro. Puedo ver sus huellas por todas partes”.
SIMILITUDES CON TIM TEBOW
Todo el revuelo alrededor de Lin recuerda mucho a la historia alrededor
de otro deportista que destacó por su buen rendimiento deportivo, su ética y la expresión clara de su fe en Dios: Tim Tebow, jugador de la NFL.
Ambos atletas han estado en contacto en las últimas semanas. “Hablamos mucho por teléfono, porque sé por lo que está pasando y le estoy dando algunos consejos”, decía recientemente Tebow sobre Lin, con quien ha entablado una buena amistad. “Lo está llevando bastante bien y está manteniéndose firme”, añade.
Como Tebow, Lin ha compartido su fe de una forma natural. El jugador ha explicado que
su fe ha sido clave en el proceso por el que ha pasado en su trayectoria personal: “Para ser honesto, el último año y medio ha sido muy duro… Sólo estoy muy agradecido a mi Señor y salvador Jesucristo por darme esta oportunidad. No sé decir cuántas cosas diferentes han sucedido para que yo pueda estar aquí ahora. Estoy simplemente sobrepasado, en estos momentos”.
LO IMPORTANTE AL FINAL DEL DÍA
Además, en declaraciones al diario Mercury News, Lin reconocía que su situación ahora no es fácil.
“Hay muchas tentaciones en mi carrera, y más aún en estos momentos”, comentaba. “Estoy pensando, ¿cómo puedo confiar más en Dios? ¿cómo puedo entregarme más a Él?”. “Es una pelea”, añadía, “pero una pelea que voy a seguir luchando”.
El número 17 de los Knicks reconocía en otra entrevista: “Al final del día, de lo que se trata es de volver a la cruz, y darme cuenta dónde está mi valor real”.
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