A pocos días de la inauguración del Monumento a la Biblia en una plaza de la ciudad de Paraná, Argentina, el mismo fue víctima de un acto de vandalismo. El Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR) expresó “repudio” el hecho al que calificó como “un acto de intolerancia y de agresión hacia los sentimientos religiosos de la enorme mayoría del pueblo argentino, que como tal agravia a todos los creyentes, tengan o no a la Biblia como libro sagrado”.
“Manos anónimas y cobardes atacaron y estropearon con pintura negra el monumento, pintando también la leyenda ‘Basta de símbolos religiosos en espacios públicos’. Este acto vandálico se inscribe por lo tanto en una campaña tendiente a suprimir la presencia pública de la religión, y a imponer el laicismo como pensamiento único", subrayó en un comunicado el CALIR.
En el texto -con la firmas de su presidente, Juan Navarro Floria; su vicepresidente Raúl Scialabba, y de su secretario Horacio Bermúdez-
la entidad recuerda que “la decisión de erigirlo fue tomada por “las autoridades con el consenso de distintas iglesias, cuyas autoridades estuvieron presentes”.
“La libertad religiosa, garantizada por la Constitución y por los tratados internacionales de derechos humanos, incluye la libertad para que cada persona de escoger voluntariamente si profesará o no alguna religión y cual será ésta sin coerción alguna, pero supone también, la posibilidad de que las creencias religiosas sean expresadas públicamente”, sostiene.
Por último, el CALIR asegura que “el monumento erigido en Paraná, que tiene antecedentes en muchos lugares del mundo, no es más que un símbolo que testimonia el respeto y la valoración por la Biblia de millones de argentinos, que han sido injusta y cobardemente agredidos”.
OTROS ATAQUES
La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) también emitió un comunicado en relación al hecho, destacando asimismo que el martes pasado se realizó un debate sobre el Proyecto de Ley “para retirar los símbolos religiosos de los edificios públicos de la Ciudad de Buenos Aires”. Este evento tuvo lugar en la Asociación de Abogados de Buenos Aires (AABA), y contó con la presencia de abogados, laicos, diputados promotores del Proyecto y un pastor de la Ciudad de Buenos Aires.
“¿Qué se esconde detrás de esta nueva realidad que parece aflorar en la Argentina?”, expresa el documento. A continuación menciona otro episodio relacionado con la libertad religiosa: Meses atrás, en la Ciudad neuquina de Plottier, jóvenes cristianos fueron sancionados con suspensión a clases por su Director, por orar en forma pública en los recreos. Ante el reclamo de un sector de la iglesia evangélica -encabezado por algunos pastores locales, la Convención Bautista y ACIERA-, el directivo fue destituido de su cargo. Posteriormente, por denuncias del sector sindical docente, se debió llegar al acuerdo de restituir al docente en su cargo, a la vez que se defendió la libertad de los jóvenes de orar en forma respetuosa, en uso de sus plenas libertades religiosas y de expresión.
“En Argentina existe un sector de la sociedad que pretende avanzar decididamente a favor del concepto de ‘laicismo total’, donde uno de los pilares fundamentales de la ideología radica en reconstruir una sociedad sin Dios y sin religión, o por lo menos, sin religión cristiana”, señala el comunicado.
Indica a continuación que “prácticamente, los sectores cristianos tradicionales y modernos, son cuestionados fuertemente por los sostenedores de la ideología de género, el secularismo ateo, y aquellos que rechazan de plano la cultura cristiana, en pro de una nueva construcción social posmoderna. Es natural que, a su turno, todos los cimientos de los valores cristianos, como el sustento de su fe (la Biblia); la base de su organización social (la familia heterosexual); y su adoración (el culto a Jesucristo); están siendo directamente cuestionados y calificados de obsoletos y arcaicos, a la vez que con toda convicción se intenta reemplazarlos con los componentes posmodernos de ‘una nueva organización social’”.
SÍMBOLOS RELIGIOSOS PÚBLICOS
Atendiendo a esta lectura de la realidad, es que ACIERA intenta interpretar los últimos acontecimientos. “El retiro de los símbolos religiosos tiene sentido, toda vez que en una sociedad plural, todas las expresiones religiosas tienen libertad y derechos de ocupar un lugar en un espacio público, y como es fácticamente imposible dar lugar a todos, es razonable que se opte por no dar lugar a ninguno. Los cristianos evangélicos que nos oponemos a la adoración de imágenes convencionales, nada tenemos que ver con la presencia de estas en edificios públicos. Se entiende. Pero de ahí, a entablar una disputa con la iglesia católica que sí fomenta las imágenes, existe un abismo de distancia. Porque creemos que el evangelio y su Verdad no se imponen, sino que se ofrecen como la mejor opción de vida”, expresa.
Más adelante el documento hace referencia a creencias populares muy difundidas: “Las rutas argentinas están superpobladas de ‘altares’ al gauchito Gil y otros paganismos. Oramos para que Dios ilumine las mentes del pueblo argentino, para que dando la espalda a la idolatría, busque a Jesucristo como único y suficiente Salvador de la humanidad. De ahí, a organizarse para atentar contra estos ‘altares’, radica la distancia entre respeto y violencia”.
INDIFERENCIA
Señala ACIERAque este “laicismo” que queda evidenciado en los últimos acontecimientos, está definido por una creciente violencia y una búsqueda hegemónica de borrar las bases cristianas de la sociedad en la Argentina y a nivel global.
“Es al menos preocupante que los organismos de derechos humanos, aquellos defensores de las libertades individuales, de las minorías y garantes en la lucha contra ‘toda forma de discriminación’, no encabecen la defensa de las libertades religiosas, de las libertades de las minorías religiosas y que no se manifiesten enfáticamente
en contra de hechos tan vandálicos y violentos como la agresión contra las expresiones de la fe de muchos argentinos”, expresa.
Paradójicamente, según estadísticas de los entes del Estado, la fe cristiana representa a más del 90 % de los argentinos. “Y aunque fuera una minúscula minoría, aplicaría el mismo concepto” dice ACIERA, reclamando la más enfática defensa de la libertad religiosa en la Argentina.
“Sostenemos la lucha a favor de la igualdad de los credos en nuestra Nación y repudiamos con todo énfasis el más mínimo hecho de violencia contra cualquier expresión de la fe cristiana en la Argentina. Asimismo, convocamos al pueblo a conocer a Jesucristo, a entablar una relación personal con Él, no como un líder religioso, sino como la persona que vino a buscarnos y a salvarnos, y experimentar su Paz, su Gozo y su Salvación en la vida cotidiana”, concluye el comunicado firmado por Gastón Bruno y Rubén Proietti.
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