Campaña publicitaria mormona para normalizar su imagen

“Soy mormón”, reza el lema de un enorme cartel instalado esta semana en uno de los cotizados luminosos de la neoyorquina Times Square.

Sobre la frase, una decena de fotografías de gente montando en motocicleta, escalando una montaña, o simplemente presumiendo de sonrisa envía el mensaje de que los mormones, lejos de ser personajes extravagantes y cerrados, son como el vecino de enfrente.

De esta manera, los mormones abren camino a los aspirantes republicanos a la presidencia Mitt Romney y Jon Huntsman.

Ya ocupan posiciones de poder, como el senador demócrata Harry Reid, enamoran desde la gran pantalla, como la actriz Katherine Heighl, y despiertan los suspiros de millones de adolescentes, como la escritora Stephanie Meyers a través de los libros de la saga Crepúsculo.

Pero, la idea de votar a un mormón repele a uno de cada cinco estadounidenses, según una encuesta reciente de Gallup, y el segundo de esos candidatos no se atreve siquiera a confesar si hoy por hoy es practicante de la fe.

CAMBIO DE IMÁGEN
Obligados a emprender misiones de evangelización en su juventud, han logrado, a base de perseverancia, convertirse en la cuarta religión de Estados Unidos y una de las que más crece, con un millón de miembros nuevos cada tres años, según datos de la iglesia.

Pero los más de 6 millones de mormones que viven en Estados Unidos no logran sacudirse la imagen de sectarios, controladores e incluso polígamos, pese a que esa práctica quedó prohibida en sus filas a finales del siglo XIX.

No será tarea fácil, a juzgar por la respuesta que provocan en el país su doctrina, reflejada en el “Libro del Mormón” y satirizada en un musical homónimo que triunfa en Broadway. Más de 40.000 mormones fundamentalistas, aún practican la poligamia en vida.

CAMINO A LA CASA BLANCA
Casi doscientos años después de su creación en comunidades del oeste de Nueva York, la Iglesia de los Santos de los Últimos Días está decidida a conquistar, de una vez por todas, el corazón de Estados Unidos, donde apenas vive la mitad de sus feligreses.

Para ello, la campaña lanzada en Times Square paseará el orgullo de 30.000 mormones por vallas publicitarias, laterales de autobuses y pantallas de televisión de 24 estados, con el fin de definir mejor su fe y contrarrestar imágenes de poligamia y hermetismo como las creadas por la serie de HBO Big Love.

Y en el espinoso camino a la Casa Blanca, los mormones tienen de su parte la profecía más americana que pueda imaginarse: la de que Jesús volverá a la Tierra, y su primera parada será Estados Unidos.