Informa la agencia Fides que tres iglesias fueron atacadas, un sacerdote católico golpeado, enfrentamientos entre manifestantes y policía ha sido el balance de un día de alta tensión en la ciudad de Temanggung, una ciudad en Java Central, Indonesia, como «protesta» de los islamistas por una sentencia «demasiado suave» contra un cristiano. Indonesia cuenta con el mayor número de musulmanes del mundo, cerca del 90% de sus 240 millones de habitantes.
Los extremistas islámicos desataron la violencia en respuesta a la sentencia de un tribunal local que ha condenado a cinco años de prisión a Antonio Bawengan, un cristiano de 58 años, acusado de haber distribuido panfletos ofensivos contra el Islam. Los manifestantes exigían la pena de muerte, pero el tribunal ha aplicado la pena máxima prevista para este delito.
Los extremistas, que incluyen a los militantes del Islamic Defenders Front, han llevado a cabo protestas, gritando “¡muerte, muerte!”, han quemado dos iglesias protestantes (la “Bethel Church” y la “Pantekosta Church”) y han atacado la iglesia católica de San Pedro y San Pablo, tratando de profanar el sagrario. El P. Saldanha, el párroco, ha sido golpeado por defender la Eucaristía: se encuentra en estado de shock.
"Gritaban 'matad' y 'quemad' al dirigirse hacia las iglesias", cuyas "ventanas fueron rotas y los techos incendiados", relató Djihatono, un portavoz de la policía de Temanggung, localidad en el centro de la isla de Java.
Más de 1.000 agentes de policía han intervenido para sofocar las protestas y, después de duros enfrentamientos entre agentes y manifestantes, a lo largo del día, la situación se ha normalizado.
LLAMADO A LA PAZ
El Arzobispo de Semarang, Mons. Johannes Pujasumarta, quien también es Secretario de la Conferencia Episcopal, dice a Fides: “Estamos consternados por este suceso. La violencia nunca es una buena solución. Hacemos un llamamiento a todos, musulmanes y cristianos, para que aborden la cuestión con un espíritu cívico y fraternal. Invito a los fieles católicos y a todos los cristianos a no reaccionar a la violencia. Queremos dar una señal de paz para todos”.
Sobre la raíz de la violencia, Mons. Pujasumarta afirma: “La ciudad de Temanggung es normalmente un lugar tranquilo. Los extremistas han llegado desde fuera. Esto nos hace pensar que se trata de una violencia planificada y organizada”
Esta opinión la comparte el P. Ignacio Ismartono, jesuita, durante años responsable del diálogo interreligioso en la Conferencia Episcopal. El jesuita dijo que “la violencia que se ha producido en los últimos días era contra los Ahmadíes, ahora es contra los cristianos: el aumento de la intolerancia, en un contexto como el de Indonesia, caracterizada por la coexistencia pacífica, sugiere que hay fuerzas oscuras que quieren alimentar la tensión en la sociedad. La violencia en Temanggung se estaba preparando desde hace días, pero la policía no hizo nada para prevenir los disturbios”.
LEY SOBRE BLASFEMIA
Otro elemento a considerar, señala el p. Ismarotno, es “que la ley sobre la blasfemia es objeto de interpretaciones restrictivas y abusos. Un comité encabezado por el ex presidente indonesio Abdhrrahman Wahid, conocido líder musulmán, e integrado por numerosas organizaciones no gubernamentales, había pedido la supresión y la revisión, pero el año pasado la Corte Constitucional confirmó la legitimidad de la ley sobre la blasfemia. El riesgo es que se convierta en un arma para golpear a las minorías como los ahmadíes y los cristianos”.
Según un reciente informe del conocido instituto independiente de investigación “Setara Setara Institute for Peace and Democracy” en 2010 se han producido más de 216 casos de violaciones flagrantes de la libertad religiosa en Indonesia. Más de 43 lugares de culto cristiano, afirma el informe, fueron atacados.
MÁS VIOLENCIA
El domingo 6 de febrero, siempre en Java, unas mil personas, algunas armadas de machetes, se manifestaron atendiendo al llamamiento de organizaciones islamistas para impedir una reunión de una secta islamista, Ahmadiyah, en una casa particular, ante la presencia de la policía, que se mantuvo pasiva.
Tres miembros de ese movimiento murieron, según la policía.
Un vídeo mostrando esos actos de violencia fue difundido el lunes por los medios indonesios. El presidente indonesio se declaró "profundamente preocupado" por este ataque, que se produjo en vísperas de la apertura de "la semana por la armonía entre las religiones".
Estos ataques fueron de inmediato denunciados por las organizaciones de defensa del pluralismo y los derechos humanos, inquietas ante la emergencia en los últimos meses de violencia vinculada con la religión.
Pese a ser el mayor país musulmán del mundo, Indonesia tiene una Constitución que estipula que el Islam no es religión de Estado y proclama la libertad de culto.
Los actos de violencia no afectan solamente a los cristianos, que suman menos del 10% de la población, como demostró el ataque cometido el domingo contra Ahmadiyah, movimiento minoritario del Islam. "Este brutal ataque contra Ahmadiyah ilustra el fracaso del gobierno indonesio en proteger a las minorías religiosas", afirmó Donna Guest, directora adjunta de Amnistía Internacional para Asia.
Preocupados ante el deterioro de la situación, los mayores responsables de las seis principales religiones ya habían exhortado al presidente Susilo Bambang Yudhoyono a exhibir más firmeza y autoridad para hacer respetar la libertad religiosa. Se trata de evitar, según estos responsables, que se reproduzcan los graves disturbios interconfesionales que causaron miles de muertos a principio de los años 2000, especialmente en las islas Molucas y de Sulawesi.
Si quieres comentar o