Misas, cultos y un minuto de silencio en Haití

Los actos conmemorativos comenzaron con una misa en las ruinas de la Catedral de Puerto Príncipe, en la que participaron el presidente René Preval y el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. También hubo cruzadas de oración realizadas por evangélicos y católicos por toda la destruida capital.

El día 11 de enero el presidente fue a rendir tributo, “en nombre del Gobierno y las instituciones públicas y del Parlamento” a las fosas comunes de Saint Christophe, en la localidad de Titanyen, donde cientos de cruces han sido clavadas en recordación a los 206 mil cuerpos que hay enterrados allí, como resultado del sismo y los más de 3 mil 700 fallecidos a causa de la epidemia del cólera en los últimos meses.

Mientras, los desplazados del campamento que se levanta en la llamada Plaza Toussaint Louverture, frente a las ruinas del Palacio Nacional donde aún se encuentran funcionando las oficinas gubernamentales, reprochaban al presidente Preval no haber cruzado, ni siquiera una vez en el último año la calle, para, al menos, conocer sus problemas y consolarlos.

Una madre sobreviviente y ex banquera, Dolores Dominique Neptune, ha lanzado una cruzada por identificar a los muertos y desaparecidos en una nación donde no existe un registro oficial de las víctimas del terremoto y existen, todavía, muchas personas sepultadas bajo los escombros.

El martes pasado se efectuó un servicio ecuménico en la universidad privada de Notre Dame, donde católicos, protestantes, practicantes del vudú y no creyentes se unieron para recordar a sus muertos y, a la vez, celebrar el gran don de la vida.

SITUACIÓN DE LA NIÑEZ
Sin embargo, según organismos internacionales, la situación de la niñez haitiana en nada ha cambiado. El acceso a los servicios básicos como el agua, la salud y la educación continúa con grandes dificultades para los cuatro millones de niños existentes, mientras UNICEF afirma que son ellos los que más han sufrido y siguen sufriendo a causa del estado de emergencia del cual no ha logrado librarse el país.

Esa agencia ha presentado un informe que hace un balance de la situación de este vulnerable sector, donde expone las carencias y la necesidad de tomar alternativas y rápidas que permitan un crecimiento coherente y armónico de estos muchachos en medio de las secuelas de la tragedia.

VIOLACIONES
De igual modo, Amnistía Internacional ha denunciado que los precarios campos para refugiados son escenario constante de violaciones, sobre todo en mujeres y niñas. La organización de defensa de los derechos humanos ha dado a conocer un informe que recoge testimonios de las víctimas, conmovedores y escalofriantes.

Si bien las iglesias haitianas están realizando una labor asistencial dentro de sus posibilidades, contando con la asistencia de algunas agencias internacionales de inspiración cristiana, muchos creyentes de la devastada nación caribeña consideran que lo único que queda por hacer es orar para que Dios permita, finalmente, el milagro de la reconstrucción en un país que requiere, con urgencia, volver a la normalidad.