Un pastor evangélico para un motín sangriento en una cárcel brasileña

Los amotinados, que en la mañana de ayer habían dejado salir a dos de sus rehenes, liberaron después a los otros y entregaron las armas tras la mediación de un juez y un pastor evangélico.

Los presos asesinados, tres de ellos decapitados, al parecer fueron víctimas de ajustes de cuentas entre bandas rivales de internos en dos de las seis unidades del complejo penitenciario de Pedrinhas, el mayor centro carcelario de São Luis, la capital del estado de Maranhao (norte de Brasil).

Quince de las víctimas estaban recluidas en la aparte destinada a los condenados más peligrosos, y las otras tres eran internos de la penitenciaría, en la que algunos tienen derecho al régimen semiabierto.

Al parecer, el objetivo de los presos era huir, lo que fue frustrado por los guardias. Luego, exigieron la separación de internos de grupos rivales, acelerar los procesos judiciales y mejoras en la alimentación.

DENUNCIAN ESTANCIA INHUMANA
Las autoridades brasileñas admiten que la superpoblación de cárceles es un problema serio en todo el país, que con frecuencia lleva a motines e incidentes de violencia.

Las organizaciones internacionales de derechos humanos, como Amnesty International y Human Rights Watch, suelen señalar los abusos que sufren los presos, desde condiciones de alojamiento inhumanas a tortura o corrupción.

La gobernadora de Maranhao, Roseana Sarney, dijo a través de un comunicado que había intentado aliviar la superpoblación de la prisión, al inaugurar recientemente dos nuevas cárceles. Además planea construir una más, que abrirá en abril del próximo año.