Recrean el rostro de la Sábana de Turín en 3D

La realización de un documental que acaba de ser emitido en la pequeña pantalla en EEUU ha servido para arrojar controversia sobre un tema recurrente para numerosos estudios e investigaciones. Hablamos del rostro de Jesucristo, al que, según informan diversos medios, se ha puesto “definitivamente” imagen siempre que aceptemos que fue su cadáver el que contuvo la Sábana de Turín.

Dentro de querer -una vez más- ofrecer un rostro que quiere ser el de Jesús, a la expectación que origina este titular se añade la polémica de que según la compañía que digitalizó la imagen, la misma no se parece a la versión popularizada del rostro del maestro de Galilea cuya crucifixión y resurrección se rememora estos días.

La imagen fue creada a través de información codificada de la Sábana o Sinode de Turín, el tejido manchado de restos de sangre y orgánicos de un cuerpo aparentemente crucificado, que muchos creen fue el paño mortuorio de Cristo (aunque hay opiniones contrarías a esta teoría, igual de apasionadas y fundamentadas). Tras integrar los datos codificados, se pudo después recrear una imagen en 3D.

UN ROSTRO INESPERADO
Sin embargo, los resultados pueden sorprender a algunos espectadores. Según el resultado obtenido por la compañía que hizo la imagen, no se parece a la versión tradicional del rostro de Jesús.

El artista digital Ray Downing, presidente del Estudio Macbeth, señaló que, la sangre hallada en la Sábana no se corresponde específicamente con «las líneas del rostro (…) debido a que su cuerpo no se tapó sino que se enrolló». "Tengo un montón de información sobre esa cara y mi valoración actual es que estamos cerca de lo que imaginábamos, aunque hay aún algunas diferencias".

Según los expertos encargados de la tarea, y cuyas conclusiones han sido emitidas por el Canal Historia, el hombre que contuvo la Sábana de Turín no era demasiado alto, sino más bien todo lo contrario, mientras que tampoco tendría los ojos azules y sería más bien moreno.

Al mismo tiempo, el estudio niega que la imagen que aparece en la Sábana de Turín fuera creada al oxigenarse los aceites usados para embalsamar en la época, cuestión que ´se refuta fácilmente´ según sus autores.