Una joven china clama por la libertad de sus padres cristianos

A once mil kilómetros de casa, la estudiante china asistía a un seminario en Estados Unidos cuando supo que sus padres fueron arrestados. “Para mí no tiene sentido que los hayan arrestado y que destruyeran la iglesia”, dice Ester en una carta en la que apela a la comunidad internacional para que interceda por los prisioneros religiosos en China.

La joven cree que la fe de su padre será fortalecida por esta experiencia. “Para él debe ser motivador, es una prueba de Dios para fortalecernos para que amemos más a Dios”.

Los padres de Ester, Yang Xuan y Yang Caizen eran líderes en la iglesia no registrada Linfen House Church, cuyos 50.000 miembros se reúnen en edificios y viviendas particulares de los creyentes en la provincia china de Shanxi. Fueron detenidos junto a otras ocho personas.

AFLIGIDA PERO NO VENCIDA
Tom White, director ejecutivo de La Voz de los Mártires, ha dicho que “Ester está aún muy afligida, pero su fe se mantiene fuerte. Ella puede ver que más allá hay un tipo de gozo que permanece aun en el duelo. Es ese sentimiento de que somos inmortales en Cristo, que la iglesia no será vencida”.

Gordon Chang, analista de la revista Forbes, opina que la lucha del gobierno chino contra la iglesia es una guerra perdida. “A las iglesias subterráneas, consideradas totalmente ilegales, el régimen trata de destruirlas pero no puede porque tienen muchas personas. El partido comunista está creando enemigos para sí, porque en esta lucha vemos que la fe es mucho más fuerte que el gobierno”.

GOLPES Y ARRESTOS
En la madrugada del 13 de septiembre, un grupo de 400 policías y otros oficiales atacaron mientras algunos cristianos dormían en el sitio donde construían la iglesia. Los golpearon y dejaron 30 heridos. Arrestaron a diez líderes.

"Enviar arbitrariamente a ciudadanos inocentes a campos de trabajo es una violación directa de los pactos internacionales de derechos humanos y las normas que el gobierno chino ha firmado y ratificado", dijo Bob Fu, un ex pastor de la iglesia en casa y que ahora lidera la China Aid Association (Asociación de Ayuda para China), un ministerio que ayuda a cristianos chinos perseguidos. “Esta mega iglesia en casas es parte de la herencia fruto del trabajo de la Misión al Interior de China. Linfen es conocida en todo el país”, dijo.

Tal vez por eso los oficiales del gobierno se sintieron amenazados y lanzaron la ofensiva. Los oficiales del gobierno acusaron a los pastores de la iglesia de “ocupar ilegalmente terreno agrícola” y de “reunirse para perturbar el orden”.

Cuando los llevaron a juicio en noviembre les multaron y su sentencia fue de dos a siete años de prisión. Caizen, la madre de Ester, fue sentenciada a 2 años de Lao-gai, o sea, re-educación a través de trabajo. A su padre Xuan le dieron tres años y medio de cárcel.

“Tenemos una familia grande en el Señor. Oren por ellos, Dios los sigue amando, aunque están en prisión”, expresa Ester en su carta dirigida los cristianos del mundo.