Una sección de la muralla, de 70 metros de longitud y seis de altura, fue encontrada en una localización de nombre Ofel, entre la conocida como Ciudadela de David y la pared sur del Monte del Templo judío, coronado por la musulmana Explanada de las Mezquitas.
Desarrolladas en los últimos meses, las excavaciones forman parte de un proyecto de la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Autoridad de Antigüedades de Israel y otras instituciones, y cuenta con la financiación de mecenas estadounidenses.
Su directora, Eilat Mazar, data la muralla en base a fragmentos de vasijas descubiertos en los alrededores, que afirma son de tiempos en que reinó Salomón, el período de mayor construcción hasta ese momento en Jerusalén y cuando se levantó el Primer Templo judío, según el Antiguo Testamento.
PRIMER HALLAZGO SALOMÓNICO
«Esta es la primera vez que se descubre una estructura de ese período que puede tener una correlación con las descripciones de los edificios de Salomón en Jerusalén», afirma.
«La Biblia nos cuenta que Salomón construyó -con ayuda de los fenicios, que eran excelentes constructores- el Templo y su nuevo palacio y que los rodeó con una ciudad, lo más probable es que estuviera conectada a la muralla más antigua de la Ciudad de David», explica la directora de las excavaciones.
En el lugar se han desenterrado también una monumental caseta de vigilancia de seis metros de altura y una torre que serviría de mirador para proteger la entrada a la ciudad, que son características del estilo del Primer Templo.
De este período son las antiguas poblaciones israelitas de Meguido o Beer Sheba, declaradas en 2005 Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Y para la arqueóloga, los restos de la muralla suponen una muestra adicional de la exactitud con que la Biblia describe el esplendor del período de los reyes David y Salomón.
Para ello, cita el primer libro de Reyes (3:1), en el que «Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, pues tomó a su hija y la trajo a la ciudad de David, mientras que acababa de edificar su casa, y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor».
Las investigaciones sugieren que los restos de la muralla revelan la presencia de una monarquía y que la fortaleza y forma de construcción indican un alto nivel de conocimientos de ingeniería. Los vestigios se emplazan en un punto estratégico, en lo alto del valle del Kidrón, hoy aledaño a la ciudad antigua de Jerusalén.
INSCRIPCIONES REVELADORAS
«Al comparar los últimos descubrimientos de las murallas y puertas de la ciudad del período del Primer Templo y los restos de vasijas encontrados en el lugar podemos asegurar con alto grado de certeza que los muros son de la ciudad construida por el rey Salomón en Jerusalén en la última parte del siglo X a.C», afirma Mazar.
La inscripción hallada un fragmento de vasija reza: «del supervisor del pa...», que la arqueóloga cree se refiere al «supervisor del panadero», un oficial responsable de controlar la provisión de productos leudados a la corte real.
Otros fragmentos contienen las palabras «del rey», y también fueron encontrado sellos de cera con decenas de nombres.
El explorador británico Charles Warren describió el trazado de la torre en 1867 pero sin atribuirlo a la época de Salomón. En este contexto de difícil equilibrio, cabe preguntarse si la Biblia puede servir o no de guía arqueológica, una polémica que enfrenta a dos tendencias en la arqueología israelí y especialmente peliaguda en lo que se refiere a los descubrimientos en torno al período del rey David y su hijo Salomón.
Mazar pertenece a la corriente que acepta por válido el relato de la Biblia, mientras que arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv piensan que el texto no está exento de intereses políticos de sus autores, y que las monarquías de ambos reyes no eran una potencia regional como se describe en el relato bíblico.
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