La FIFA, que quiere eliminar las expresiones religiosas en los campos de fútbol, cede así en un claro doble rasero a las presiones regionales de los fundamentalistas islámicos.
«A fin de garantizar que la Copa Mundial de Clubes 2009 sea un espectáculo para todo el mundo, habrá tribunas reservadas exclusivamente para mujeres y familias en los estadios», celebra la FIFA en su página web. Y advierte: «Las mujeres que deseen adquirir una entrada, deberán elegir los asientos de la Zona exclusiva para mujeres para todos los partidos. Se trata de localidades disponibles únicamente en la categoría 1 de precios». Es decir, las más caras. La Federación Internacional entiende como un logro que las autoridades árabes permitan la entrada de mujeres a los estadios.
SEGÚN FIFA, “SERÁ SÓLO PARA MUJERES LOCALES”
Alarmados por la cuestión, dirigentes del Barcelona se han puesto en contacto con los responsables de la FIFA, que inició la venta de boletos para el torneo la semana pasada. Según fuentes del club, los dirigentes de dicho organismo les han asegurado que
se trata de una medida que «sólo» afectará a las mujeres locales. Pero de momento las entradas disponibles para el mercado internacional, que se pueden conseguir desde la página web, mantienen la segregación en tres categorías: ´hombres´, ´mujeres´ y ´familias´.
Ramón Calderón, imputado por el fraude de la Asamblea y la manipulación de las elecciones a la presidencia del Real Madrid que ganó en 2006, y miembro de la comisión organizadora del Mundial de Clubes como representante de la Federación Española, desconoce la citada discriminación. «En ninguna de las reuniones tratamos este tema», asegura.
«Con el Madrid fuimos hace un año a jugar un amistoso a Arabia y no dejaron entrar mujeres al partido», recuerda Calderón. En 2003, la FIFA ya concedió a Abu Dhabi la organización del Mundial sub-20. Entonces, las mujeres no pudieron acudir a los estadios.
FIFA, CONTRA LAS MANIFESTACIONES RELIGIOSAS
En la final de la pasada Copa Confederaciones, los futbolistas brasileños liderados por Kaká oraron juntos en el campo tras imponerse en la final a Estados Unidos. Eso provocó las quejas del presidente de la Federación de Dinamarca, Jim Stjerne Hansen, que dijo que «la religión no tiene sitio en el fútbol».
Blatter, Presidente de la FIFA, recogió el guante y amonestó a Brasil, al que la FIFA ya había advertido por el mismo motivo tras conquistar el Mundial 2002, en Japón; también debido a las manifestaciones de fe de los numerosos jugadores evangélicos de la selección carioca.
Por ello,
la FIFA trabaja para regular las manifestaciones religiosas de las estrellas para evitar lo que ella ve como problema.
Se le ha criticado que coarte esta libertad de expresión, mientras no se preocupa –por ejemplo- del uso y publicidad de prendas y materiales deportivos fabricados por niños esclavos o con comercio injusto. Y tampoco parece preocupada por evitar la segregación de las mujeres en los estadios.
La FIFA no sólo estudia prohibir las oraciones públicas, sino que también se plantea evitar que los jugadores luzcan camisetas con mensajes de fe o religiosos. El más conocido es el «Yo pertenezco a Jesús» o «Yo amo a Jesús», textos que todo el mundo pudo leer en las camisetas de todos los jugadores brasileños, liderados por Kaká, tras conquistar su último título, el pasado junio en Suráfrica tras ganar a los EEUU.
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