Turquía: un sospechoso del asesinato de tres cristianos elude presentarse a juicio

Bajo el pretexto de recuperarse de un tratamiento médico, el sospechoso principal del asesinato de tres cristianos al sureste de Turquía se escapó de la corte por segunda vez, estorbando aun más el proceso legal.

TURQUIA 09 DE AGOSTO DE 2009 22:00 h

El periodista Varol Bulent Aral, uno de los «intermediarios» sospechosos que presuntamente incitó a cinco jóvenes a asesinar brutalmente a los cristianos turcos Necati Aydin, Ugur Yuksel y el cristiano alemán Tilmann Geske, en la Compañía de Publicaciones Zirve en Malatya hace dos años, otra vez evitó presentarse ante una audiencia.

Pocos días después de la última audiencia, Aral fue internado para recibir tratamiento psiquiátrico y fue dado de alta del hospital penitenciario Adiyaman. «La anterior vez dijeron que no podían traerlo debido a la falta de fondos,» dijo el abogado procurador Erdal Dogan. «Esto no es aceptable,... ahora de la misma manera hacen excusas, diciendo que lo llevaron al hospital. Parece que se están burlando de nosotros, especialmente dado que los anteriores informes médicos indicaban que él estaba con buena salud», dijo Dogan.

CLIMA HOSTIL CON LOS CRISTIANOS EN TURQUÍA
Dos hechos recientes (de hace un mes y de hace pocos días) nos dan la medida del ambiente general y la creciente hostilidad hacia los cristianos.

Uno es el apuñalamiento de un turista alemán, que falleció en el hospital. La razón del agresor: «Odio a los cristianos y quería cargarme a uno...» El agresor, que esperaba a las puertas de la iglesia católica de St. Antvan, siguió al turista cuando lo vio salir y luego lo agredió. Un ´chalado´, afirman todos horrorizados. Pero si la atmósfera general no fuera de hostilidad, los ´chalados´ agredirían a otros.

El otro triste acontecimiento ocurrió hace pocos días. Un «interesado» llamó a la oficina de Cursos Bíblicos para una entrevista. El hermano Murat, que ya se había visto antes con él, no pudo evitar el ataque. El agresor le puso un cuchillo en el cuello y, sacándolo a la calle, le amenazó con degollarlo por misionero. A continuación le envolvió la cabeza con una bandera turca y le puso otra en la mano para que la ondease, mientras gritaba diciendo que hay que acabar con los misioneros que están viviendo en Turquía para destruir el país.

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