Chiapas: acusaciones de `explotación´ contra un líder musulmán español

“Nos hacía trabajar jornadas de ocho de la mañana hasta la una de la madrugada del otro día sin pagarnos”, ha asegurado Mustafá Carlos Arturo Gómez, indígena tzotzil.

Gómez dice hablar en nombre de unas 50 personas cuando explica que “Aureliano no nos dejaba hablar nuestra lengua materna, vestirnos con nuestras ropas tradicionales, no nos dejaba comer las tortillas de maíz, ir al médico, ni ir a la escuela”.

Según un especialista en conversiones indígenas al Islam, “los integrantes del movimiento Muratibum musulmán desprecian el salario porque lo que se establece es una relación laboral no formal con los indígenas convertidos al Islam que con los años, en efecto, se traduce en explotación”. En este movimiento, pues, era en el que habían entrado a formar parte las víctimas.

Los indígenas denunciantes han explicado que se convirtieron del protestantismo al Islam en 1994, convencidos por Pérez Iruela. No son los únicos, ya que en la región de los Altos de Chiapas unos 500 indígenas son musulmanes. Eso sí, todos se han ido separando de la comunidad de Aureliano López en un proceso de denuncias que se inició en 2000.

Por los visto, Gómez y las 50 otras familias denunciante son “los últimos que quedaban en la comunidad de los muratibunes”, añade el especialista.

Aureliano Pérez, junto con otros seis españoles, montó una escuela musulmana, una fábrica de muebles, una pizzería, y un restaurante, en los que trabajaban los indígenas musulmanes. “Mientras los hombres trabajaban en la panadería o la carpintería, las mujeres recibían clases de cocina o construían artesanías y los niños memorizaban el Corán en la lengua original”, añadió el portavoz indígena. El español les prohibía comer maíz (un ingrediente muy utilizado en México) bajo el argumento de que ese grano “es solo para los caballos, los animales”, explica Gómez.

En todo caso, a los denunciantes no tienen interés, por ahora, en hacer una denuncia penal, porque el objetivo sería desnudar los maltratos de Pérez de manera pública y alertar al resto de los indígenas chiapanecos convertidos al Islam.

Eso sí, los indígenas denunciantes seguirán practicando el Islam, explica Gómez.