El votante tipo del candidato republicano es hombre, blanco y creyente, tiene estudios superiores, valores patrióticos y están en edad de jubilación. Su principal granero de votos: los estados de Texas, Georgia y Tennessee. Entre sus mayores preocupaciones comparten el miedo al terrorismo. Los jóvenes, mujeres, negros e hispanos: el perfil del ´votante Obama´.
LOS PERFILES DE LOS VOTOS
Más de 53.000.000 de votos. Ése es el número de personas que ha confiado su voto al candidato republicano John McCain. Todos bajo un perfil claramente definido: hombres, creyentes y de raza blanca. Aunque la elecciñon de Sara Palin –evangélica conservadora- intentó atraer el voto femenino amén de reforzar el carácter moral conservador de su programa.
Una encuesta de la CNN a pie de los colegios electorales revela que en estos comicios han sido los hombres mayores de 65 los que preferentemente se han decantado por el senador de Arizona. Además, su principal granero de votos se ha concentrado en estados como Texas, Georgia y Tennessee, y a falta del cierre del escrutinio ha arrasado en Alaska, el estado que gobierna su candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin.
Por su parte, desde la empresa demoscópica National Election Pull, que elabora el estudio para NBC, FOX, ABC y CNN, entre otras, apuestan a pie de urna también por el voto masculino, de raza blanca y en edad de jubilación como el ´voto McCain´.
A diferencia del votante tipo de Obama, McCain tiene incondicionales con estudios, ya que al menos el 48% de ellos se ha graduado en la universidad. Curiosamente, el 10% de los votantes de McCain se han reconocido demócratas a pie de urna. Un trasvase de votos semejante al que ha recibido la saca de Obama, del que 9% de sus votos tenían cuño republicano.
Además, según este mismo estudio, quienes han confiado en McCain reconocen estar "muy preocupados" por volver a sufrir otro ataque de una magnitud similar al 11-S. Quizás ese pavor al terrorismo les ha empujado a votar al candidato que ha defendido la política de la Administración Bush en Irak.
Se muestran poco preocupados por no tener una sanidad pública al estilo europeo -el 57% de ellos reconoce que no les inquieta no poder afrontar las facturas médicas, seguramente porque ya constan de un seguro médico en sus empresas- y aseguran no sentirse amenazados por que la crisis pueda afectar al bienestar de sus familias.
Si hacemos caso a un reciente estudio de la empresa demoscópica IBD, publicado la misma semana de los comicios, quienes han acudido a votar por el veterano héroe de Vietnam han sido hombres, residentes en zonas rurales o suburbanas, preferentemente originarios del medio oeste y fervientes creyentes de la fe católica y protestante.
McCain representa la identidad que persigue la clase trabajadora, anclada en los conceptos de patriotismo y fortaleza militar. Quizás eso haya empujado a muchos a apostar por el continuismo en el voto republicano, aunque América ha optado por el cambio.
Pero si hay algo que difiere a los votantes de McCain de los de Obama es la raza. No en vano es la primera vez que un hombre negro alcanza la presidencia de la primera potencia mundial.
LAS CREENCIAS RELIGIOSAS
La fe en su aplicación moral ha marcado estas elecciones. El candidato republicano ha enarbolado la bandera de los valores tradicionales para despertar el interés entre el voto cristiano conservador, uno de los pilares republicanos. Obama, aunque también de fe evangélica (le ha apoyado el pastor negro Jesse Jackson), es moralmente menos conservador en sus posturas políticas.
El hecho es que Obama ganó el apoyo de muchos evangélicos, según expone el analista Robert Jones, que cree que esto indica que quienes le votaron han valorado su política en conjunto, más que determinados aspectos morales, en los que podrían quizás coincidir más con el programa de McCain.
“En las encuestas vemos que el tema del aborto todavía es prioritario a la hora de votar, sin embargo en algunas encuestas pre-electorales, fue interesante ver que el aborto no estaba entre los cinco temas mas importantes. Aspectos como la economía, el problema energético, o la atención médica pública y gratuita ocuparon los primeros lugares… es por esto por lo que digo que es un reordenamiento del voto religioso” en claves hasta ahora desconocidas.
Tras la elección el pueblo cristiano estadounidense reaccionó de varias maneras, generalmente positivas, aunque con más o menos entusiasmo. Algunos líderes felicitaron públicamente al nuevo mandatario, otros desean apartar las diferencias y trabajar juntos, y finalmente otros insisten en que fiscalizarán de cerca su trabajo en la Casa Blanca.
En una forma habitual para los presidentes de EEUU (aunque ajena a la realidad europea) el saludo de Obama en su discurso como nuevo Presidente fue “Que Dios bendiga los Estados Unidos de América”.
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