El gran crecimiento del cristianismo provoca escasez de pastores en China

En su primera entrevista televisiva como líder de una de las organizaciones religiosas más influyentes en China, Gao Feng, dice estar preocupado porque el cristianismo crece muy rápido en su país y no hay líderes para seguir el ritmo de crecimiento de los creyentes, aunque para Gao es un gran desafío.

Este reto es mayor en las zonas rurales donde vive el 70 por ciento de los cristianos chinos. El Pastor Lu Xinli, de la Iglesia Chaoyang opina que las iglesias en el campo están creciendo tan rápido que no pueden enviar a su pastor a estudiar a la ciudad porque es demasiado caro. Por este motivo tratan de ayudarles con patrocinadores, pero incluso después de graduarse del seminario, deben volver al campo y servir en sus iglesias sin un salario.

Hay decenas de seminarios que capacitan y equipan a la próxima generación de líderes. El año pasado, el seminario teológico de Dallas empezó a ofrecer el nivel de maestría por Internet para seminaristas chinos. Mark Bailey, del Seminario Teológico de Dallas dice que tienen estudiantes en Pekín, Hong Kong, Taiwán, Ucrania, Malasia, Australia, Estados Unidos y Canadá.

La escasez de libros cristianos ha afectado a las iglesias especialmente en el campo, donde los cristianos rara vez tienen acceso a literatura cristiana, incluyendo a la Biblia.

Pero el reverendo Xinli dice que el milagro económico chino ha tentado a los futuros pastores a buscar oportunidades de empleo en otros lugares. Lu Xinli afirma que cada año se pierden alrededor del 10 por ciento de candidatos por irse a otros trabajos. El resto se queda sabiendo que este es su llamado. Cree que para evitar eso tendrían que darles buena vivienda, buena atención médica, y una seguridad laboral.

Según Lu Xinli, los pastores no hacen mucho dinero, ganan menos que un salario promedio y para ellos sobrevivir económicamente es una aventura.

Y la escasez se va a empeorar ya que según cifras gubernamentales, se estima que hay 20 millones de cristianos evangélicos y entre 12 y 15 millones de católicos. Y esos números no incluyen el crecimiento de las iglesias en las casas, con una cifra total de 100 millones de cristianos "no oficiales".