La toma de instituciones estatales en los departamentos donde la oposición al gobierno del presidente Evo Morales es fuerte y derivó en hechos vandálicos y saqueos. Los conflictos más fuertes se desarrollaron en Cobija, la capital del departamento amazónico de Lando, donde murió un pastor evangélico por disparos del ejército.
Hay dolor e indignación por la muerte de Luis Antonio Rivero, el pastor evangélico de 54 años que cayó en el aeropuerto de Cobija, víctima de los disparos de los militares del ejército boliviano. El hombre estaba desarmado, con la Biblia en la mano, y junto a miembros de su iglesia, intentando mediar y pacificar en el conflicto social del pueblo de Cobija y su enfrentamiento con los militares que habían llegado, para evitar una masacre.
Pero finalmente los soldados comenzaron a disparar a la multitud que estaba desarmada. Como Luis Antonio Rivero estaba situado entre los dos bandos, fue el primero en caer cuando los militares comenzaron a disparar. Luis Antonio Rivero Shiguekuni desempeñaba su labor pastoral en la Iglesia de Cobija, en el departamento de Pando desde hacía tres años. Estaba casado y deja a dos niños huérfanos.
"Desde que empezaron los problemas en Cobija lo llamamos para que viniera y no se exponga al peligro", cuenta Martha Shiguekuni, su madre, que vive en Guayaramerín. "Él me dijo que ya se estaba viniendo, pero lo mataron. Según me cuentan, mi hijo aún estaba vivo y algunas personas trataron de ayudarlo y llamar una ambulancia. En eso dice que vinieron en una camioneta roja los militares, y lo subieron y de ahí ya no se supo más. Nosotros le buscamos un lado a otro. No lo hallaban ni en hospitales ni en clínicas, ni siquiera en la morgue. No sabemos exactamente dónde murió", dijo y añadió "Mi hijo era un hombre de Dios, sólo estaba intentando mediar para pacificar a la gente. Era un hombre bueno, visitaba a los enfermos, brindaba asistencia social a los necesitados. Yo soy evangélica, lo dejo todo en las manos del Señor, él nos hará justicia y nos dará la fuerza para seguir adelante. Aqui toda la población esta conmovida por la muerte de mi hijo. Lo han nombrado `Martir de la lucha autonómica y de la democrática".
Imágenes, tomadas por la Red Pat, muestran al pastor Rivero después de haber recibido los disparos de un arma de fuego. Los restos mortales de Luis Antonio Rivero fueron trasladados a su natal Guayaramerín, luego de una larga y aún poco clara odisea.
EL EJÉRCITO BAJO SOSPECHA
Según la información hasta ahora existente, el retraso en la atención médica a Rivero agravó su situación y murió desangrado. Según sus familiares, los militares retuvieron el cuerpo por 18 horas y cuando lo entregaron `aún estaba caliente’.
La autopsia mostró cuatro orificios, dos de entrada y dos de salida. Una de las heridas se produjo 10 ó 12 horas después de la primera, por lo que según según el certificado forense estuvo vivo al menos entre cuatro y seis horas tras el primer disparo. Las heridas estaban taponadas con tornillos y pegamento. Murió por una hemorragia interna, según el forense.
Por ello, además del segundo disparo realizado horas después, se acusa al Ejército de negarle la atención médica que necesitaba con urgencia.
DENUNCIA CONTRA EL EJÉRCITO
La Brigada Parlamentaria a través de su titular Carlos Pablo Klinsky, anunció este pasado jueves que solicitarán ante el Fiscal General de la República y al Parlamento Nacional, la investigación criminal del Gral. Walter Panozo Castell, por dirigir el movimiento militar en la toma del aeropuerto de Cobija en la que fue abatido el pastor evangélico. Klinsky agregó que “las familias de los ciudadanos asesinados y el pueblo quieren justicia, no quieren politización de las investigaciones”.
Por su parte, Miguel Ángel Rivero, hermano de la víctima agradeció al representante de la Brigada Parlamentaria, por prestar su apoyo y colaboración para el esclarecimiento de este suceso. “Queremos dar las gracias al presidente de la Brigada Parlamentaria por apoyamos en esto que hemos venido gritando, sólo queremos que se haga justicia, que se esclarezca la forma inhumana como fue asesinado nuestro hermano, que ya lo hemos demostrado con las pruebas”.
REACCIÓN DE LA IGLESIA EVANGÉLICA
Estos hechos movilizaron a las iglesias evangélicas de la ciudad de Santa Cruz, que realizaron una numerosa marcha pidiendo paz para el país. En el lugar de concentración, los cristianos evangélicos hicieron escuchar públicamente su voz de exhortación a los líderes políticos bolivianos. "Que Dios intervenga a favor nuestro para salvarnos de nuestros odios y rencores, para sanarnos de nuestro racismo y de las divisiones. Para sanarnos de nuestra idolatría y paganismo disfrazado de una falta religiosidad", dijo el pastor julio César Suárez, líder presente en la concentración.
Posteriormente, el liderazgo cristiano convocó a una jornada pública de oración y ayuno. Así la iglesia evangélica salió a la plaza principal de la ciudad a orar, interceder, ayunar y a invocar el nombre de Dios, "para que Él obre e intervenga y toque corazones de las autoridades, de los presidentes, de los prefectos, y lleguen a un entendimiento”, dijo el pastor Caballero, Presidente de Iglesias Unidas de Santa Cruz.
Pocas horas después, de una manera sorprendente, opositores y gobierno anunciaban un inesperado acuerdo que permite detener una inminente guerra civil en este país.
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