Veinte familias evangélicas acosadas y amenazadas en México por católicos fundamentalistas

Católicos fundamentalistas advirtieron a 20 familias de la iglesia de Pentecostés Tiempo de Sembrar, del municipio La Trinitaria, que serán expulsadas del lugar en que viven si no cooperan con dos mil pesos cada una para las festividades religiosas. Una cifra desorbitada para sus economías, y además para financiar una actividad religiosa que no sólo no comparten, sino que es contraria a sus creencias.

Además, pastores de Iglesias Evangélicas declararon que al menos cinco familias fueron amenazadas con machetes por parte de católicos tradicionales que argumentaban que deben 50 mil pesos de cuotas atrasadas y cooperaciones para la Iglesia Católica.

El abogado Oscar Moha, titular de la Asociación de Abogados Cristianos, dijo que desde inicios del presente año los evangélicos de la comunidad Ángel Albino Corzo, del municipio La Trinitaria, han sufrido persecución de una u otra forma.

Afirma que estas familias acosadas, que suman un total de 100 personas, fueron presionadas para que pagaran primero 100 pesos cada una, después 400 mensuales y ahora les piden dos mil pesos para las festividades de la comunidad, lo cual, denuncia que es un agravio a los derechos que establece la Constitución mexicana.

La presión ante la falta de respuesta a la exigencia injustificada de dinero ha llegado a que recientemente los católicos tradicionalistas lugareños han procedido a cortarles ilegalmente el servicio de agua corriente y también la electricidad en sus domicilios.

Moha pide a las autoridades que tomen medidas para terminar con el hostigamiento contra los creyentes evangélicos, especialmente ante la última actuación de los católicos tradicionalistas, que han advertido ya a las 20 familias de la iglesia de Pentecostés Tiempo de Sembrar que las cien personas que las componen serán expulsadas si no ceden y hacen efectivo el pago de 2 mil pesos.

Moha Vargas espera que lo que está ocurriendo en México sea tomado en cuenta por los países que han firmado pactos de respeto a los derechos humanos y que las iglesias de otros países presionen a los embajadores mexicanos para que hagan las respectivas recomendaciones.