Los nuevos "pecados sociales" presentados por el plenipotenciario apostólico del Vaticano son estos:
1. Las violaciones bioéticas, como la anticoncepción.
2. Los experimentos moralmente dudosos, como la investigación en células madre.
3. La drogadicción.
4. Contaminar el medio ambiente.
5. Contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres.
6. La riqueza excesiva.
7. Generar pobreza.
Así lo acaba de explicar el arzobispo Gianfranco Girotti, que es plenipotenciario apostólico del Vaticano y experto en asuntos de conciencia. Lo ha hecho en plena Cuaresma, que es un periodo litúrgico en el que los católicos practicantes se preparan para la más importante festividad cristiana, que es la Pascua.
El arzobispo Girotti ha hecho sus consideraciones en una entrevista titulada Nuevas formas de pecado social que se publica en L´Osservatore Romano, diario de la Santa Sede cuyo contenido es "oficioso" a menos que sean declaraciones o textos del propio Papa que entonces ya se consideran "oficiales".
"Uno no sólo ofende a Dios y al prójimo - según el arzobispo- si roba, o si jura en el nombre del Señor en vano, o si desea la esposa de otro, sino que también se produce ofensa a Dios y al prójimo si, por ejemplo, se perjudica el medio ambiente, o se realizan experimentos que manipulan el ADN o dañan embriones". Girotti ha añadido: "Dentro de la bioética hay áreas donde absolutamente debemos denunciar algunas violaciones de los derechos fundamentales de la naturaleza humana a través de experimentos y manipulación genética cuyo resultado es difícil de predecir y de controlar".
El arzobispo Gianfranco Girotti sintetiza dichos "pecados sociales" en estos siete: las violaciones bioéticas como la anticoncepción; los experimentos moralmente dudosos como la investigación con células madres; la drogadicción; la contaminación del medio ambiente; el contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres; la riqueza excesiva; y el generar pobreza.
Mientras, los conocidos como "pecados capitales" fueron enumerados por el Papa Gregorio I en el siglo VI. Posteriormente, esta lista fue asumida desde un punto de vista filosófico por Santo Tomás de Aquino y desde una perspectiva literaria por Dante Alighieri en una obra cumbre e influyente de la cultura universal como es la Divina Comedia.
Ética y teológicamente, sin embargo, el término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado o de una actuación humana desordenada. Para los moralistas católicos, estos siete pecados se denominan "capitales" en cuanto son considerados "cabeza" o principio de los demás pecados que ofenden a Dios y al prójimo.
En este sentido, según dichos moralistas lo que constituye el mal, sea "pecado capital" o "sea pecado social" es tratar a los seres humanos como un objeto o como un medio que es utilizado en propio beneficio, y no como un respetable fin en sí mismo.
Los clásicos siete "pecados capitales", enumerados por Gregorio I a partir del siglo VI, son estos: 1) la soberbia; 2) la envidia; 3) la gula; 4) la lujuria; 5) la ira; 6) la avaricia; 7) la pereza.
A estos siete pecados se contraponen tradicionalmente, según esta concepción moral, siete virtudes. Ésta es la contraposición: la humildad se opone a la soberbia; la generosidad a la avaricia; la templanza a la gula; la castidad a la lujuria; la paciencia a la ira; la generosidad a la avaricia; y la diligencia a la pereza.
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