El Te Deum Evangélico chileno, con Bachelet, llama contra la desigualdad y la violencia

Obispos evangélicos, personalidades del Gobierno y representantes de la oposición coincidieron en la necesidad de erradicar los focos de narcotráfico y la injusticia social.

La igualdad y el fin de la discriminación fue el eje central de la homilía de acción de gracias con que ayer las iglesias protestantes celebraron su propio Tedeum para pedir a Dios por el bienestar y la unidad del país en el marco de las actividades de conmemoración de la Independencia. La ceremonia, que comenzó a las 11 horas, se desarrolló en la Catedral Evangélica, espacio donde centenares de fieles esperaron el ingreso de la Presidenta Michelle Bachelet, que saliéndose del protocolo a su llegada al lugar saludó a quienes no pudieron ingresar al templo.

La presencia de Bachelet -que incluso cantó el himno congregacional "Pronto vendrá Jesucristo"- tuvo un antecedente inmejorable, pues la Jefa de Estado no sólo ha designado en agosto a la pastora Juana Albornoz como la primera mujer capellana evangélica de La Moneda, sino que además ha anunciado la creación de una Oficina de Asuntos Religiosos. Bachelet también estableció el 31 de octubre como Día Nacional de las Iglesias Evangélicas.

De ahí que el mundo protestante decidió hacer un gesto al Gobierno, reconociendo en varias ocasiones la apertura que ha tenido La Moneda hacia estas denominaciones religiosas, aunque también advirtió sobre la necesidad de profundizar en la elaboración y aplicación de la Ley de Cultos.

En este sentido, el presidente de la mesa ampliada de entidades evangélicas (UNE-Chile), el obispo Emiliano Soto, señaló que "en materia de libertad religiosa, vemos con gratitud a quienes se la juegan por los avances. (Sin embargo) notamos con preocupación que aún no contamos con la igualdad religiosa que tiene el espíritu de la ley 19.638".

PECADO SOCIAL
Consciente de que en la agenda gubernamental la justicia social y la igualdad es un punto central, Soto no dudó en definir a la discriminación como "un pecado social", agregando que es "un eje fundamental de la producción de desigualdades". Por esto, postuló, "apoyaremos decididamente toda agenda social que considere atender las innumerables expresiones que tiene la discriminación en nuestra sociedad".

El obispo protestante añadió que la discriminación afecta a las personas "por su condición social, por la comuna donde viven o por la actividad laboral que desarrollan. Para algunas personas, no es lo mismo un currículum que diga La Pintana a uno que diga Providencia".

Estas palabras fueron interpretadas como una clara señal de que el mundo evangélico es inclusivo y no discrimina por condición social, en clara referencia a sectores del catolicismo ligados a las elites económicas y políticas que tienen prácticas discriminatorias o clasistas. En relación con esta línea, las iglesias protestantes recordaron que los hijos de padres separados no pueden ingresar a un colegio confesional de orientación católica.

Otro ejemplo de discriminación es que "algunos descendientes directos de los pueblos originarios se ven obligados a cambiar sus apellidos para evitar la burla o no evidenciar su pertenencia étnica". Por este motivo, ayer en el Tedeum se incluyó un saludo de la comunidad evangélica mapuche y se realizó una lectura del Evangelio en mapudungún.

El mensaje leído por el obispo Soto también incluyó una reflexión sobre la violencia que se ejerce contra la mujer, que es otro de los ejes de la agenda de género que impulsa la Presidenta Bachelet. "El femicidio", señaló, "es otra expresión de una sociedad a la que le cuesta abandonar sus prácticas discriminadoras. Hasta la fecha, 49 mujeres han muerto a consecuencia de la acción violenta de sus parejas".

La petición de igualdad también alcanzó a las diferencias salariales "entre hombres y mujeres, que no tienen otra explicación que no sea la del prejuicio y la discriminación" y al uso del "pituto o del contacto, que no son sino otra expresión de una cultura que busca colocar a unos por sobre otros, usando posiciones de ventaja".

Soto además llamó la atención sobre "el trato degradante, inhumano y sectario, que reciben los hermanos peruanos, bolivianos. Detrás de muchos de ellos, hay hogares que se quedaron lejos, y a su carga de soledad, hoy se les están sumando irracionales brotes xenofóbicos".

VIOLENCIA
Las denominaciones protestantes también se refirieron a los hechos del martes 11 que culminaron con el asesinato del cabo de Carabineros Cristián Vera, que profesaba la fe evangélica. "Los actos de violencia actual, que intentan confundirse con reivindicaciones sociales, sin duda alguna tienen nuestro más firme rechazo", expresó el obispo. Agregó que "el 11 de septiembre, que por espacio de muchos años dividió a los chilenos en sus legítimas visiones, hoy nos une frente al desconcierto, el miedo, el temor al saqueo y al crimen".

"Nos preocupan las poblaciones y sectores populares, donde el narcotráfico promueve la violencia, distribuyendo armas en manos irresponsables que promueven el caos", subrayó. En este ámbito, junto con condenar la violencia, Soto cuestionó que 22 de los 45 soldados fallecidos en Antuco y el mismo cabo Vera, todos evangélicos, no pudieran ser despedidos bajo su fe debido a "la falta de capellanes evangélicos" en las FFAA y Carabineros. Al final el general director de Carabineros, Alejandro Bernales, asumió la crítica del espacio evangélico, pero advirtió que en el caso de las exequias del cabo se aplicó la tradición histórica de la policía, lo que explica el rito católico.

MULTIMEDIA
Pueden ver aquí un breve reportaje sobre este Te Deum evangélico en Chile (video, 14 Mb)