Mark McKenzie, famoso compositor de Hollywood, comparte su fe en el Dios que le guió a la música

El nombre de McKenzie es muy conocido en la Academia de los oscares por las nominaciones recibidas por sus películas Dances with Wolves, Spiderman, Mission Impossible, Men in Black, Sister Act, Lilo and Stich, Sleepless in Seattle y God Will Hunting. Sus composiciones y orquestaciones han sido escuchadas por millones de personas alrededor del mundo, desde las Olimpiadas hastalos premios de la Academia.

McKenzie asegura que el propósito de la música en las películas es realmente el de crear emociones.

DIOS LE GUIÓ A LA MÚSICA
McKenzie enfatiza que sabe que Dios le creó para ser compositor, y en cierta manera se siente comprometido con esta misión de utilizar lo que Dios le ha dado para honrarlo, a la vez que intenta hacer su trabajo como profesional lo mejor que puede.

McKenzie explica cómo él amó siempre la música; y a temprana edad determinó fijar en ella su mente y aprender todo lo que pudiera sobre este arte. En una ocasión mientras caminaba por los pasillos de la Universidad oyó una voz que le susurraba en su mente, indicándole que se desplazara hacia un lugar en particular del edificio. Continuó caminando pensando que “quizá era Dios que me hablaba”. Luego encontró un tablón de anuncios en el cual había una solicitud para un compositor musical para películas. Fue así como conoció a Bruce Broughton, un extraordinario compositor nominado por la Real Academia, quien le pidió que trabajara en su primera película, titulada "El joven Sherlock Holmes". Era una película de Steven Spielberg y de Barry Levinson, y ese fue el trampolín que le dio la oportunidad de hacer cientos de películas.

McKenzie está muy emocionado porque en este último año tuvo la oportunidad de trabajar en dos películas que tratan de la figura de Jesús. La primera es "El último regalo", y la segunda "El comedor del pecado".

ENCUENTRO CON DIOS
Acerca de cómo tuvo un encuentro con Dios, McKenzie comentó en la entrevista que era un estudiante de segundo año de universidad y su madre había muerto de cáncer. Ella era su mayor apoyo, por lo que su fallecimiento le llevó a una crisis profunda.

Una tarde que estaba llorando y profundamente afligido, quiso orar sin saber siquiera si Dios era real. Lo que le salió del corazón fue gritar ´Dios, yo necesito saber si eres real y también necesito un amigo´. Al día siguiente, una muchacha le fue compartiendo sobre cómo Jesús había transformado su vida. Dios la utilizó a ella para traerle a los pies de Cristo. Ahora llevan casados casi 30 años y tienen dos hijas (una actriz y la otra escritora).