El arzobispo de Canterbury da una cauta bienvenida a la líder de los anglicanos de EEUU

Katharine Jefferts Schori con su ascenso de obispo de Nevada a obispo presidente (un cargo equivalente al de arzobispo) aumenta las tensiones en el seno de la Comunión anglicana, aunque el problema real de fondo que está por cerrar es el iniciado en 2003 con el nombramiento de un sacerdote abiertamente homosexual, Gene Robinson, como obispo de los anglicanos de New Hampshire.

Williams envió su "bienvenida", "plegarias" y "buenos deseos" a Schori, pero subrayó que su elección "va a tener sin duda un impacto en la vida colegial de los primados anglicanos y pondrá en el punto de mira algunos asuntos siempre presentes en los diálogos ecuménicos".

La Iglesia Anglicana está muy descentralizada y no tiene la jerarquía unificada de la Iglesia Católica. El arzobispo de Canterbury no puede imponer sus decisiones y su papel es el de liderar los debates y buscar un consenso colegiado entre las distintas iglesias que forman la Comunión Anglicana.

Los más conservadores, asentados en los países más pobres, cuentan con la fuerza de representar a las diócesis con más crecimiento de fieles. A esto unen una sólida formación, ya que muchos de sus líderes han recibido estudios del más alto nivel. Los liberales, por su parte, se asientan en el poder económico y en el sentimiento moral de que han de guiar a los demás a la travesía del desierto a través de los prejuicios y de lo que ellos entienden como las interpretaciones arcaicas de la Biblia.