Una iglesia alemana convierte a prostitutas en eficientes enfermeras

La iglesia en Westfalia ofrece a las meretrices la oportunidad de dedicarse a la atención de la tercera edad. La iniciativa fue propuesta por una integrante de la iglesia, Rita Kühn, quien en primera instancia buscó apoyo de la UE para llevar adelante el plan.

Kühn considera que las prostitutas tienen mucho que aportar a la sociedad, por eso creo el programa ProFrieda, que reintegra a mujeres de mediana edad al mercado laboral. Un claro ejemplo es el caso de Angie, quien ahora es Angela, una aficionada acompañante de abuelos de Alemania.

Angela trabaja con Rita en el programa ProFrieda, aunque durante años vendió su cuerpo por la calles alemanas. Esta aprendiendo a adaptarse y ha comprendido que es más fácil ayudar a bañarse a una abuelita o cambiar la cama a un anciano, aunque ahora cobre la mitad que antes.

Angela buscó su propia salida cuando se quedó embarazada. Su forma de autoempleo es la que ha sido adoptada por la iglesia local y el municipio como un ejemplo de reciclaje.

En Alemania es uno de los países con mayor demanda de prostitutas. Legalmente hay 200 mil, que ingresan 14 mil millones de euros al año. Sólo en la Renania y Westfalia hay 50 mil trabajadoras sexuales.

Una de las patrocinadoras del plan ofrece 30 puestos de enfermería a 50 mujeres de la calle, a las que forma gracias a 1 millón de euros del Estado y de la UE. El Departamento de Empleo cree que la iniciativa es económicamente coherente, por el exceso de prostitutas y la demanda de asistentes sociales.