La protestante Merkel confirma que pedirá a su correligionario Bush el cierre de Guantánamo

La canciller alemana viajará esta semana a Estados Unidos por primera vez desde que accedió al cargo el pasado 22 de noviembre y aprovechará la ocasión para abordar este espinoso asunto.

Merkel, que fue muy criticada cuando estaba en la oposición por su posición favorable a la intervención estadounidense y contra el gobierno del ex canciller Gerhard Schröder en el tema de Irak, ha rectificado su postura desde que ha asumido la coalición con los socialdemócratas, y es ahora más crítica con Estados Unidos.

Merkel ha asegurado que defenderá el respeto de los derechos humanos sea cual sea la importancia comercial o estratégica del interlocutor. En la base de Guantánamo, enclavada en el extremo más oriental de la isla de Cuba y controlada por el Gobierno de Washington desde 1903, hay actualmente unos 500 presos calificados por Estados Unidos como "combatientes enemigos" y contra los que no se ha iniciado ningún tipo de proceso judicial.

Las críticas a Guantánamo sirven a la canciller para desembarazarse de la imagen de perro faldero de Bush que los socios socialdemócratas intentaron difundir en la campaña electoral del pasado verano. Pero también reflejan una de las prioridades que Merkel ha fijado en sus primeros discursos: una política exterior en la que los derechos humanos ocupen un papel más destacado que hasta ahora.

Merkel –hija de un pastor protestante- empieza a usar también una retórica más dura con Rusia. Schröder es amigo del presidente ruso, Vladimir Putin, a quien considera un "demócrata puro". Nada más abandonar el poder, el ex canciller anunció su fichaje por una empresa germano-rusa dominada por Gazprom, la empresa estatal de gas rusa. Para hablar de las relaciones germano-rusas prefiere hablar de "asociación estratégica" que de "amistad", término que reserva para EEUU.