Indonesia: decapitadas tres jóvenes estudiantes por ser cristianas

La Policía de Poso informó de que los cadáveres de las víctimas fueron descubiertos durante la mañana. Las cabezas se encontraban a varios kilómetros de distancia de los cuerpos. Dos de ellas fueron abandonadas muy cerca de una comisaría y la tercera a las puertas de una iglesia de reciente construcción. Los restos de los cuerpos fueron hallados en distintos lugares, entre ellos, en una zona de cocoteros.

La hipótesis más fiable que manejaban los agentes encargados de la investigación es que la emboscada por parte de seis brutales asesinos se produjera durante el trayecto que las estudiante tomaban de forma habitual para acudir a la escuela.

El presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono ordenó a Policía dar como fuese con los criminales. «En el mes santo de Ramadan, un crimen tan sádico como el que se ha producido nos ha dado una sacudida eléctrica. Condeno esta matanza bárbara, quien quiera que hayan sido los asesinos y cualquiera que sea la motivación que les ha llevado a cometer tan reprobable acto», dijo. Asimismo pidió a las fuerzas de seguridad que activaran los mecanismos necesarios para la detención de los asesinos y para mantener el orden en la región.

La violencia sectaria prendió en Poso cuando se estableció allí un campamento para acoger a las decenas de miles de personas que huían de la guerra abierta entre las comunidades musulmana y cristiana en el vecino archipiélago de las Molucas. Las dos comunidades establecieron la paz en febrero del 2002, después de tres años de una barbarie que acabó con más de 7.000 vidas humanas, pero no ha vuelto la armonía religiosa que existía antes, ni han cesado los actos violentos.

Se cree que las Célebes es uno de los territorios de Indonesia donde la organización Yemaa Islamiya, considerada del brazo regional de Al Qaeda, cuenta con raíces más fuertes y profundas. A Yemaa Islamiya se atribuyen, entre otros, los atentados explosivos perpetrados en la turística isla de Bali en 2002, que mató a 202 persona, y 2005, 23 muertos, incluidos los tres terroristas suicidas.

Los líderes cristianos han acusado en diversas ocasiones a las autoridades de Yakarta de no hacer lo suficiente para encontrar a los asesinos y sentarlos en el banquillo de los acusados. Además diversos diplomáticos y analistas políticos han acusado a los jefes mayores del Ejército de financiar y de entrenar a la milicia, que fue disuelta de forma apresurada después de los ataques del terrorista contra la isla turística de Bali.