La idea misionera de Carlos Vigil es concreta y sideral. Inspirándose en proyectos como el de Quest Aircraft, utilizado por la Mission Aviation Fellowship, este técnico de mantenimiento aeronáutico e investigador del Parque Científico Tecnológico de Gijón ha comenzado a diseñar un parque aeroespacial con el objetivo de generar empleo y de crear una oferta lúdica y educativa para adultos y niños basada en la divulgación científica y tecnológica.

“Como en Estados Unidos vi cómo estos parques arrastran a las masas, pensé que sería una buena idea para desarrollar en España”, señala Vigil, que también ha realizado estudios en el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés). El proyecto se basa en la fabricación de réplicas a escala 1:1 de transbordadores, satélites, cohetes, sondas interestelares e incluso el rover Curiosity que se encuentra ahora en Marte, entre otros equipos aeronáuticos, siguiendo los planos y los diseños técnicos originales de la NASA. “Es nuestro objetivo contar con la autorización de los programas espaciales de Rusia y China para que el parque refleje una verdadera naturaleza y alcance global”, añade Vigil.

[photo_footer]Réplica del cohete Ariane 5 en Göteborg, Suecia./ C. Vigil, cedida.[/photo_footer]

Además, la iniciativa también prevé la construcción de un planetario con simuladores y salas para proyectar documentales, un área de juegos infantiles y una cafetería. Todo ello se ubicaría en un terreno a las afueras de Gijón que, dice Vigil, “el Ayuntamiento está dispuesto a alquilar a largo plazo”. El técnico aeronáutico destaca que en la ciudad “hay un clúster importante, con el jardín botánico, la Universidad Laboral o un festival aéreo”, y que sería fácil “aprovechar todo el flujo que esto produce”. 

Un proyecto con vocación de servicio

“Queremos mostrar que hay un creador en el cielo. Esto lo hacemos personas que creemos en Dios y con una finalidad. Puede ser una herramienta poderosa del evangelio”, explica Vigil. Pero además de la vocación misionera, la iniciativa no ignora las necesidades de la población evangélica autóctona. 

Niños jugando dentro una réplica. / C. Vigil, cedida

[photo_footer]Niños jugando dentro una réplica. / C. Vigil, cedida.[/photo_footer]

En palabras de su impulsor, “no se trata de crear el parque en sí, sino el hecho de dar trabajo a los cristianos que están desesperados y sin empleo”. “Esto también es una manera de hacer lo que dice la Biblia”, remarca. Por ahora, la previsión es que el proyecto podría dar trabajo a un veintena de personas, “todas evangélicas”, matiza Vigil. Además, la fabricación de las réplicas también generaría empleo de forma indirecta, según explica. “La idea es que genere trabajo y recursos todo el año”, manifiesta el técnico aeronáutico que piensa en un alcance de decenas de miles de visitas al curso.

Réplica de un rover de la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea. / C.Vigil, cedida.

[photo_footer]Réplica de un rover de la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea. / C.Vigil, cedida.[/photo_footer]

Antes que nada, la iniciativa requiere constituir una empresa para interactuar con la Administración pública y con la que se desarrollaría el proyecto y, así, poder optar a fondos de los programas de inversión de la Unión Europea. “Tenemos el talento, las ideas, la ingeniería. Lo tenemos todo. El proyecto no es complicado, pero es una cuestión de dinero. Dinero que no tenemos”, explica Vigil, que ya ha comenzado una campaña de difusión del proyecto para recaudar donativos. 

Se puede conocer más información sobre el proyecto escribiendo a la dirección [email protected]