LA ONG española Esclavitud XXI estuvo presente en la Cumbre Global por la Libertad, organizada por Stop the Traffik internacional en Londres en el pasado mes de abril. Allí se dio luz verde a un proyecto presentado por la organización española, que pretende
impulsar en los servicios de transporte y hostelería la vigilancia y atención hacia el problema de la trata (disponible en inglés en
la web de Stop The Traffik).
Dani Banegas, presidente de Esclavitud XXI, explica en la entrevista realizada por Esperanza Suárez que la organización que lidera está muy preocupada por las vías de entrada al país de aquellas que luego son sometidas a explotación sexual.
“En España al menos 18.000 mujeres son traficadas cada año para ser explotadas sexualmente, es decir, unas 50 mujeres al día”, explica Banegas.
Las vías de entrada son, principalmente, los aeropuertos de Madrid y Barcelona, y por eso Esclavitud XXI quiere hacer énfasis en ellos. “Pensamos que podría darse un protocolo para pasajeros, personal del aeropuerto y autoridades que dieran pistas a la víctima”, recuerda Banegas, aclarando que la mujer llega engañada, sin saber que está siendo traficada.
Lo que quieren evitar es que la mujer “entre en contacto con el posible traficante”, y para ello se necesita “cortar el vínculo lo antes posible”.
El protocolo que han preparado se ha centrado en todo el proceso de viaje: hay indicativos para los aviones, para los transportes de cercanías, y para los hoteles.
El protocolo acaba de ser publicado por Stop the traffik internacional, y de momento está en inglés. La intención de Esclavitud XXI es traducir todo el material, adaptarlo al contexto español, y luego promocionarlo. Además,
necesitarán “voluntarios que vayan a los aeropuertos, hoteles, para difundir este protocolo. Hay mucho trabajo por delante”. Aquellos que deseen colaborar con Esclavitud XXI para este proyecto, pueden contactar con ellos por
correo electrónico o llamando al 93 420 80 72.
Stop The Traffik es una coalición de organizaciones y una campaña contra la trata de personas. Millones de personas son traficadas cada año para ser explotadas sexualmente, para ser esclavos o para quitarles los órganos. Esclavitud XXI se creó para llevar este proyecto a España, donde se ha ampliado para alcanzar otros aspectos, como la problemática de la prostitución.
MÚSICA CONTRA LA TRATA
@MULT#IZQ#42716@Una de las últimas iniciativas de Esclavitud XXI ha consistido en producir un CD en el que participan distintos grupos, de distintos estilos, que han querido aportar de su talento y su arte para concienciar a las personas sobre el tema de la trata.
El proyecto ha sido liderado por
David Tapia, del grupo DT Project, que ha conjuntado a doce artistas españoles, uno de Estados Unidos y uno de Malta. Las canciones “hablan sobre la libertad, la justicia o la esclavitud”, explica Banegas.
Además, junto con el disco de música, se ofrece otro CD con material didáctico e informativo sobre la trata de personas. Para el director de la ONG puede tener mucha utilidad porque “ofrece recursos para trabajar con grupos de jóvenes, con información amplia, por ejemplo el informe que hicimos con el Observatorio Cívico Independiente”.
El proyecto tiene la intención de “mover las conciencias”, de forma que “cada persona sea un altavoz en el lugar donde esté. El CD puede ser útil para difundir entre amigos, grupo de jóvenes, o usar las canciones para que la gente se conciencie”, explica Banegas.
Este disco se vende a un precio de 10 euros desde la web de Esclavitud XXI, o también puede solicitarse escribiendo a
[email protected].
Protestante Digital, además, apoyará su promoción regalando cinco Cd's entre sus seguidores en facebook (se anunciará el sorteo a primeros de junio).
CAMPAÑA CHOCOLATE JUSTO
La ONG sigue adelante con otros proyectos, como es la reclamación a la empresa de chocolate Nestlé para que garantice el uso de chocolate de comercio justo en todos sus productos, tal y como sucede ya en su producción de Kit Kat en Reino Unido.
“Lo bueno de la campaña es que Nestlé contesta las cartas”, cuenta Dani Banegas, “y han respondido diciendo que ya están participando en algunas iniciativas, pero no responde si puede asegurar que no hay niños traficados que hayan participado en el proceso productivo”.
En la actualidad se calcula que cerca de 15.000 niños esclavos trabajan en Costa de Marfil en las plantas de chocolate, de donde sale el 40% de la producción mundial.
La campaña por el chocolate justo no sólo apunta al consumidor, sino también a que los hosteleros y restauradores se impliquen. Para predicar con el ejemplo,
Jonatan Serrano, vicepresidente de Esclavitud XXI y propietario del
restaurante Jupa en Tarrasa, elabora todos sus postres con chocolate de comercio justo.
Serrano explica que “fue difícil” tomar esta decisión teniendo en cuenta la crisis actual y que el precio del chocolate de comercio justo es más del doble. Sin embargo tomó la decisión y cuenta que se sintió “feliz, y pude sentir que el tema económico no es lo único importante. Cuando das un paso así aunque el coste sea superior pasas a saber que con cada postre que realizas das a conocer lo que sucede y tiene muchos valores añadidos, y es una manera de cambiar las cosas”.
Los clientes del restaurante pueden encontrarse con las “pegatinas” de comercio justo en la carta de postres como a la entrada del mismo. En la carta puede leerse una pequeña reseña sobre lo que es el comercio justo y el problema actual con las plantaciones de cacao en Costa de Marfil.
Aunque es consciente de que “es difícil” que otros restauradores se unan a la iniciativa, Serrano cree que poco a poco las personas pueden ir concienciándose de la necesidad de pedir un chocolate que garantice su producción ajena a la esclavitud. “Si la gente supiese lo que hay detrás, 15.000 niños raptados o vendidos para trabajar en el chocolate, es terrible. Queremos movernos y ser una voz más, para dar a conocer que vale la pena luchar por ello”.
En la
web de Esclavitud XXI se ofrecen muchos materiales con respecto a este tema, entre los que se encuentra un recetario de postres de chocolate de comercio justo y amplia información sobre dónde poder adquirir estos productos. “Para que podamos disfrutar del chocolate doblemente”, finaliza Jonatan Serrano.
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