Los participantes en este foro, -que reunió en la capital española a políticos, intelectuales e investigadores de todas las religiones y cultos-, aspiran a que el rey de Arabia Saudí «obre para organizar dicha sesión lo antes posible», señala el texto de la Declaración. Un texto que surge de un foro «apolítico» y que hizo hincapié «en lo común, en los valores comunes» de las distintas religiones, según declaró Abdalá al Turki, secretario de la Liga del Mundo Islámico y encargado de leer algunas conclusiones en rueda de prensa.
«Consideramos al mundo como una familia humana que padece crisis o tiene problemas que requieren un esfuerzo conjunto». Para dirigir ese esfuerzo, los participantes acordaron crear un grupo de trabajo que se encargará de «estudiar los problemas que obstaculizan el diálogo» y preparar estudios con las perspectivas para resolver esa problemática.
RESPETO A LA DIVERSIDAD, DEFENSA DE LA MORAL
Además, la Declaración de Madrid parte del principio de que la diversidad cultural y religiosa «es un signo de la divinidad de Dios y un motivo del progreso humano». Añaden: «Los seguidores de las diferentes religiones están de acuerdo en que el diálogo es el mejor camino para el entendimiento y la cooperación mutua en las relaciones humanas y la convivencia pacífica entre las naciones. La paz, el respeto de los compromisos, de las especificidades de los pueblos y su derecho a la seguridad, la libertad y la autodeterminación, son la base de la relación entre las personas. La consecución de esto es uno de los grandes objetivos de las religiones».
Entre los problemas que enfrentan las religiones se constató la necesidad de dar respuesta a los grandes males de la sociedad global. «El terrorismo es uno de los más importantes obstáculos en el desarrollo del diálogo y la convivencia, y es un fenómeno global que requiere esfuerzos internacionales para hacer frente a él, con un espíritu de seriedad, responsabilidad y equidad» y a través de un acuerdo sobre la definición del mismo.
Respaldaron además el refuerzo de la cooperación entre instituciones religiosas, culturales, educativas y de información para consagrar «los nobles valores morales» y «promover las buenas prácticas sociales» con vistas a «hacer frente al libertinaje y a la decadencia y desintegración de la familia, y a los diferentes vicios», según la Declaración.
En el mismo texto, recomendaron «luchar contra las teorías que abogan por el inevitable choque entre las civilizaciones y las culturas», fortalecer los valores humanos comunes, promover una cultura de tolerancia y acordar un pacto mundial para el diálogo entre religiones y culturas.
AMPLIA PARTICIPACIÓN
En total, fueron más de 200 los representantes de las tres religiones monoteístas, -cristianismo, judaísmo e Islám-, de otros credos como el hinduísmo y budismo, y de distintas escuelas de pensamiento de todo el mundo, los que se dieron cita esta semana en la capital de España. Entre ellos el representante del Vaticano y presidente del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso, el cardenal Jean Tauran. Esta conferencia demuestra para Tauran que «es posible respetar nuestras respectivas creencias» y que «el diálogo es el mejor camino para contribuir a la armonía y la paz».
En este foro también participó el secretario general del Congreso Mundial Judío, Michael Schneider; el presidente de la Fundación para la Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza; el representante de la ONU para la Alianza de Civilizaciones, Jorge Sampaio; y el director del Congreso Judío Latinoamericano, el rabino Caludio Epelman, entre otros.
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